El Gobierno panameño ordenó hoy reforzar la presencia de efectivos militares en la zona del Darién, tras el ataque de una banda criminal colombiana a un puesto de vigilancia del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
En un comunicado emitido por esa institución refiere que la agresión se produjo ayer en la Base Binacional de Alto Limón, acción que contó con la repuesta inmediata de sus unidades y otras de la fuerza aérea, sin que se reporten heridos ni daños de consideración a las infraestructuras del Senafront.
El director de esta entidad, Cristian Hayer, confirmó que los miembros del Clan Úsuga, que embistieron el puesto fronterizo por espacio de 15 minutos, son perseguidos por agentes de la Policía y del Ejército colombiano.
Narró que los ataques se produjeron con fusiles, granadas y morteros, y pese al patrullaje kilométrico por varias horas, solo encontraron rastros de casquillos y otras municiones, sin que pudieran ubicar a ninguno de los criminales.
Reportes de prensa refieren que tras conocer el incidente, el presidente panameño, Juan Carlos Varela, se trasladó hasta el lugar, al tiempo que envió dos helicópteros del Servicio Nacional Aeronaval y un cirujano a la zona.
Según fuentes oficiales, el Clan Úsuga es considerado la banda criminal más grande y mejor estructurada de Colombia, además de ser aliada de importantes carteles del narcotráfico del continente.
Ejecuta también vejaciones asociadas al narcotráfico como sicariato, extorsión, amenazas y desplazamientos, creando de esta forma el terror en la población.
De acuerdo con el modus operandi de la banda, se presume que la intención de esta «no era tomarse la base, sino ver la reacción de los panameños y enviar un mensaje de amenaza», precisó una fuente de seguridad de la parte colombiana.
El tráfico de sustancias ilícitas es una de las actividades de mayor incidencia en esa zona, al punto que en los últimos seis años el Senafront incautó unas 120 toneladas de drogas en Darién, en tanto al menos mil 500 personas se dedican actualmente a la minería ilegal en esa provincia fronteriza.
Informes de inteligencia del Senafront dan cuenta que grupos al margen de la ley podrían estar financiando esa actividad con la entrega de equipos y dinero a campesinos, para que entreguen la mayor parte de las utilidades.
Datos de la policía panameña revelaron que Colombia incrementó en un 80 por ciento la producción de droga, lo cual obligó a redoblar los esfuerzos contra ese delito en el país.
Recientemente el ministro panameño de Seguridad, Rodolfo Aguilera, aseguró que cada seis meses se reúne con las autoridades colombianas como parte de la comisión binacional fronteriza, que también se activó con Costa Rica.
