El Pueblo Mágico de Pahuatlán es una zona pluricultural y de paisajes únicos, al estar asentadas las culturas Náhuatl y la Otomí además de tener escenarios naturales, ríos, puentes colgantes y miradores.
Antiguamente también estuvo la etnia Totonaca, pero fue desplazada al este del país aunque dejó una herencia cultural en esa parte de la sierra, comentó el director de Turismo del municipio, Francisco Castillo, quien destacó que los visitantes pueden gozar de la naturaleza.
En entrevista explicó que para llegar a Pahuatlán hay varias opciones. La primera es pasando por Apizaco, tomando la autopista Tlaxco-Tejocotal, incorporarse a Xochitlán, luego a San Pedro Tlachichilco, donde se encuentra la ruta 106 que lleva directamente al municipio; el tiempo estimado desde la capital poblana es de tres horas y media.
Otra opción es por el Arco Norte rumbo a Tulancingo, Hidalgo, luego San Pedro Tlachichilco que es donde se toma la ruta 106 para llegar a Pahuatlán, con un tiempo de tres horas.
«La tercera opción es en autobús. Para ello se debe llegar a Tulancingo, Hidalgo, en donde dicho trayecto es de dos horas. Y ahí abordar en la terminal el autobús que lleva a Pahuatlán; es de una hora con 30 minutos», mencionó.
Consideró que la estancia mínima puede ser un fin de semana, en donde el turista debe visitar uno de los atractivos que es la comunidad de San Pablito donde la etnia hñähñu se dedican a elaborar papel amate.
Los visitantes pueden acudir a galerías, talleres, así como un centro artesanal en donde se puede conocer la elaboración de dicha artesanía.
«En los talleres los asistentes pueden elaborar su propio papel, esto mientras el artesano explica un poco de historia, así como el proceso de confección para que al finalizar se lleven un recuerdo de su visita», planteó.
Indicó que San Pablito tiene unos siete mil habitantes, la mayor parte son artesanos y se dedican al papel amate, así como a la elaboración de productos como collares y pulseras a base de chaquira.
Castillo Sánchez señaló que los visitantes también pueden acudir al mirador, en la parte de la plaza principal del municipio, en el Parque 28 de Enero, en donde se puede admirar una panorámica de la zona.
«Lleva ese nombre debido a una batalla que se llevó a cabo en 1865, en donde pahuatecos combatieron con tropas austriacas y francesas que trataron de invadir Pahuatlán», apuntó.
El director de Turismo apuntó que el gasto promedio es de 820 pesos, que implica transporte, alimentos, bebidas, diversión y souvenir; en tanto, el hospedaje va desde 500 hasta mil pesos, dependiendo el hotel por noche.
«Recomendamos un fin de semana, ya que en domingo tenemos el tianguis en donde las comunidades que conforman el municipio se concentran; pueden encontrar artesanía de la región, frutos y gastronomía», subrayó.
Por su parte Luis Pérez, director de Cultura de Pahuatlán, explicó que la bebida Acachul es una de las tradicionales de la sierra, en donde la valla de dicho fruto lleva un proceso de fermentación en unas barricas.
Precisó que hay varios productores de la zona, algunos de los cuales distribuyen su producto a otros lugares del país, además de que hay otras bebidas como el licor de piña, de mora, así como de café.
Pérez Santillán refirió que la etnia Totonaca dejó en la zona una herencia cultural en esa parte de la sierra, en donde los nahuas bailan la danza de voladores conocida como de Tocotines, pero además están las danzas de quetzales y de negritos, entre otras.
«Nosotros también pertenecemos a lo que fue el señorío del Totonacapan, en donde dice una leyenda que Quetzalcóatl llegó con una expedición de viejos a Pahuatlán y fue dejando su conocimiento», sostuvo.
Agregó que hay dos versiones de palo volador, una en donde participan cuatro voladores y otra seis; una es la versión totonaca y otra la azteca, respectivamente.
«En el caso de la primera simbolizan los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este, oeste»; en la azteca igual, pero además de los puntos cardinales, el cenit, que es el cielo, y nadir, la tierra.
El funcionario municipal mencionó que otras de las danzas que conquistan son la de Santiagueros y la de rituales como la de Tejoneros, de fertilización.
«En la zona hñähñu tenemos tres danzas conocidas, que es la del carnaval, la del jonote y la del maíz, que es un ritual», acotó.
Durante la Semana Santa se lleva a cabo el Festival Cultural de la Sierra Pahuatlán donde se desarrollan distintas actividades culturales y artísticas; llegan unos 25 mil visitantes y se calcula una derrama económica mayor a 16 millones de pesos.
En cuanto al aspecto gastronómico dijo que uno de los platillos representativos es la salsa de Chicales, unas hormigas, cuya temporada es junio y julio.
De acuerdo a los representantes del municipio, la manera de recolectar dicha especie es curiosa al requerir un día con mucho calor para que salga. En la madrugada es cuando los pobladores van a los hormigueros con velas y antorchas a recolectarlas, recordó.
Añadió que el cuarto de Chicales ronda los 500 pesos, debido a lo complicado de su recolección. Se preparan acompañadas con carne de puerco.
Pueblo Mágico de Pahuatlán, zona de paisajes únicos
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