Deportistas, actores y relevantes figuras en escándalo Panamá

Tras el conjunto de revelaciones mundiales sobre el uso de empresas fantasmas y triangulaciones de dinero por políticos, funcionarios, empresarios, delincuentes y personalidades del deporte y los espectáculos, las autoridades gubernamentales y los propios señalados han reaccionado con una asombrosa combinación de puerilidad y cinismo. «Se investigará», es la respuesta generalizada en las dependencias fiscales de los países en los que residen los propietarios de los fondos trasegados y de las compañías de fachada. «Se trata de calumnias», afirman varios involucrados en esas operaciones que, si no son abiertamente ilícitas, resultan al menos opacas e inescrupulosas, en tanto que otros admiten ser o haber sido propietarios de las empresas fantasmas, pero aseguran que no las han utilizado con fines delictivos, aunque omiten toda explicación de los motivos que los llevaron a poner sumas astronómicas a la sombra de los «paraísos fiscales» por medio de empresas off shore.
 
Es pertinente considerar que las filtraciones del caso #panamapapers –millones de registros procedentes de la firma de consultoría Mossack-Fonseca, con sede en Panamá– no sólo exhiben las prácticas regulares de numerosos integrantes de las élites mundiales, de sus familiares y colaboradores, sino también la pasmosa permisividad de los sistemas financieros internacionales, los cuales parecen diseñados no para controlar los flujos dudosos de grandes capitales, sino para permitirlos o para detectarlos sólo por excepción.

La prueba de ello es que han debido conjuntarse una filtración sin precedentes y el trabajo de cientos de periodistas de decenas de países para que la opinión pública conociera las prácticas impresentables de individuos que por su posición política, económica o social debieran ser ejemplo de probidad y transparencia, así como la entusiasta participación de buena parte de la banca comercial en operaciones financieras cuando menos dudosas. Una expresión acaso involuntaria de la inoperancia de los gobiernos para fiscalizar los movimientos sospechosos de capitales corrió a cargo del presidente francés, François Hollande, quien «agradeció» las filtraciones, pues la exhibición de distintos personajes «nos reportará ingresos fiscales por quienes defraudaron».

Una faceta exasperante del escándalo es que permite constatar, una vez más, la creciente resistencia del cinismo político y empresarial a las revelaciones de los medios, un fenómeno que pudo ser constatado ya desde las revelaciones de Wikileaks –2010 y 2011– y con la información que Edward Snowden hizo pública en 2013. Salvo algunas renuncias y algunos roces diplomáticos aislados, las conductas inmorales y hasta delictivas que tales filtraciones dejaron a la vista no provocaron, como habría debido suceder, crisis políticas en los gobiernos más exhibidos. El caso extremo es el del aparato de espionaje ilegal e intrusivo que opera el gobierno de Estados Unidos en todo el mundo: si en 1973 Richard Nixon fue orillado a renunciar por el escándalo Watergate –derivado de la revelación de que el entonces presidente había ordenado espiar las comunicaciones telefónicas de la dirigencia del Partido Demócrata en el edificio de ese nombre, en Washington–, Barack Obama no experimentó un daño político significativo tras el descubrimiento de que su administración espía a millones de personas –figuras prominentes y ciudadanos comunes– tanto en territorio estadunidense como fuera de él.

Es clara, pues, la moraleja que puede extraerse de las reacciones ante el escándalo de los #panamapapers: si las sociedades no recuperan su capacidad de indignación y no se movilizan para exigir la limpieza profunda del sistema financiero internacional e investigaciones judiciales rigurosas y a fondo de los clientes de Mossack-Fonseca, la opacidad habrá ganado la partida y al amparo de ella miles de millones de dólares de propiedad social seguirán siendo privatizados y desaparecidos en provecho de un pequeño puñado de individuos.

Autoridades españolas advierten que irán tras los que evadieron impuestos

Las instituciones públicas de España comenzaron ayer a deslindar responsabilidades sobre los presuntos delitos fiscales filtrados por la investigación denominada Los papeles de Panamá.

La Fiscalía Anticorrupción, la Fiscalía de la Audiencia Nacional y los inspectores del Ministerio de Hacienda anunciaron la apertura de investigaciones puntuales para conocer los detalles de las operaciones financieras, sin distinciones, para lo que ya se abrieron averiguaciones contra algunos de los nombres más destacados de la trama, entre ellos Pilar de Borbón, hermana del rey emérito Juan Carlos de Borbón; el cineasta Pedro Almodóvar; el futbolista argentino Lionel Messi, y Micaela Domecq, esposa del comisario de Energía y Medio Ambiente de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete.

La filtración periodística de unos 11.5 millones de documentos que prueban supuestos fraudes fiscales de algunas de las grandes fortunas del país provocó un cisma en la clase política española, que por un día dejó en segundo plano el hecho de que se cumplen casi tres meses sin gobierno y que el futuro pacto de gobernabilidad sigue en el aire.

Todos los medios de comunicación destacaron los nombres y el modus operandi que se detalla en la filtración, en la que se prueba la ingeniería financiera que permite la evasión fiscal a través de paraísos fiscales.

La fiscalía española explicó que «la investigación pretende esclarecer la naturaleza y circunstancias de los hechos, y de cualesquiera otros delitos que puedan resultar de las diligencias, así como la identificación de sus responsables, y determinar la concurrencia de los requisitos necesarios para proceder a su persecución ante los tribunales».

Hacienda advirtió que en caso de que se hayan evadido impuestos, la pena será de 150 por ciento del total de lo defraudado, al margen de los otros delitos que se les pueda imputar, que podrían ser el lavado de capitales y asociación delictiva.
El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montora, advirtió: «la Agencia Tributaria actúa de oficio y no espera órdenes de nadie, así que cuando salen datos o pistas a la luz, las leyes rigen para todos los ciudadanos por igual; no hay excepción ni categoría o causa alguna para que no sea así».

Entre los señalados se encuentra uno de los grandes ídolos del futbol mundial, el argentino Lionel Messi, quien a través de su familia aclaró que «nunca usó» el fondo que le atribuyen, y anunció acciones legales contra los medios de comunicación que lo vinculen con alguna ilegalidad, que sostiene no haber cometido en ningún momento.

El cineasta Pedro Almodóvar admitió que tenía una cuenta manejada en Panamá, pero dijo que estaba inactivaFoto Ap
“La infanta Pilar –también involucrada– no es miembro de la familia real, ni siquiera de la familia directa del rey emérito Juan Carlos de Borbón”.

“Ante las noticias emitidas por distintos medios de comunicación en las que se atribuye a Lionel Messi la creación de una sociedad dirigida a ‘poner en marcha un nuevo entramado de fraude fiscal’, la familia Messi desea dejar claro que Lionel no ha llevado a cabo ninguno de los actos que se le imputan, siendo falsas e injuriosas las acusaciones de haber diseñado una nueva trama de evasión fiscal e, incluso, de crear una red de blanqueo de capitales”.

El equipo de futbol Barcelona indicó que «confía en los argumentos que ha hecho públicos en un comunicado la familia Messi», y añadió que “desde el primer momento en que se dieron a conocer los documentos que vinculaban al astro del balompié con Los papeles de Panamá, el club ha hecho llegar su afecto y solidaridad al jugador y toda su familia”.

El laureado cineasta Pedro Almodóvar reconoció la existencia de la cuenta que aparece a nombre de la productora que gestionan él y su hermano, Agustín, pero subrayó que ese fondo está sin actividad desde 1994 y que en ningún caso lo ha utilizado para ningún fraude o acto delictivo.

Agustín Almodóvar, productor y hermano del creador, que en los próximos días estrenará su nueva película, aseveró: «Yo me hice cargo de todos los asuntos referidos a la gestión de la empresa, y él se dedicó a los aspectos creativos».

La casa real se desentendió de la polémica, y al ser preguntados los voceros oficiales sobre la presunta vinculación de la hermana del rey emérito, se limitaron a aclarar que «la infanta Pilar no es miembro de la familia real, ni siquiera de la familia directa del rey».

Desde Bruselas, el comisario Arias Cañete reconoció la existencia de la cuenta a nombre de su esposa, Micaela Domecq, de la familia dueña de la marca de licores con el nombre de su apellido.

«Con respecto a la compañía referida en las noticias, según la información aportada por el comisario Arias Cañete, esta firma ha estado inactiva desde hace varios años, antes de que el comisario asumiese el puesto en noviembre de 2014», señalaron desde la Comisión Europea.  Desde el periódico digital El Confidencial, que es el medio español que ha tenido acceso a la lista, se anunció que en los siguientes días se darán a conocer más nombres.

Diario alemán descarta entregar a autoridades detalles de las pesquisas

«Sólo quiero que estos delitos se hagan públicos», dijo la persona que entregó los datos.

«No somos el brazo de la fiscalía. Somos periodistas», respondieron en el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung a la interrogante de si entregarían los datos que tienen en su poder.

El diario alemán Süddeutsche Zeitung no entregará a las autoridades los datos sobre sociedades offshore conocidos como Los Papeles de Panamá. «No somos el brazo de la fiscalía. Somos periodistas», dijo Frederik Obermaier, uno de los encargado de la extensa investigación que este domingo dejó al descubierto la existencia de sociedades de fachada en paraísos fiscales supuestamente a nombre de unos 140 políticos, deportistas y personalidades mundiales o allegados a éstos.

Obermaier, de 32 años, es redactor de la sección de investigación del Süddeutsche Zeitung, que el domingo divulgó la documentación bajo el título Los Papeles de Panamá sobre sociedades offshore y sus ramificaciones en todo el mundo creadas por el despacho Mossack Fonseca, en lo que es la mayor filtración en la historia, que supera por mucho a lo revelado por el portal Wikileaks en 2013.

Una fuente anónima suministró al diario un caudal de datos, entre correos electrónicos, contratos y otros documentos, que el rotativo alemán compartió con más de 100 organizaciones de prensa de 80 países.

«Cuando pudimos ver los primeros paquetes de datos nos dimos cuenta al instante de la dimensión del asunto», dijo Frederik Obermaier en entrevista con Dpa en Múnich. «Rápidamente llegamos al nivel de jefes de Estado y de gobierno».

–¿Qué motivos alegó la fuente anónima para entregarles los datos?

–La fuente indicó que su intención era claramente moral con la frase: «Quiero que estos delitos se hagan públicos».

–Ustedes acudieron a otros colegas para analizar el gigantesco volumen de datos. Al final participaron unos 400 periodistas de 80 países. ¿Cómo hicieron para mantener tanto tiempo en secreto unas revelaciones tan delicadas?
–A decir verdad es algo que también a mí me asombra. Contábamos con que en algún momento algo se filtraría. Si cada uno se lo contaba a una sola persona ya hubiéramos sido casi mil los enterados. El riesgo era grande. Por eso desde el principio insistimos en que se debía mantener la confidencialidad hasta el final porque si no peligraba todo el proyecto.

–¿Han conseguido analizar todo el volumen de datos en un año de investigación?

–No, definitivamente no. El año pasado conseguimos llegar hasta el final de algunos casos. Pero sigue habiendo decenas de pistas que no hemos podido seguir todavía. Con todo el material que tenemos, no podemos descartar que en cinco años estalle un escándalo en el que una pieza que faltaba sea encontrada entre estos datos.

–¿Cómo se siente uno cuando está en posesión de informaciones tan explosivas?

–Uno se siente raro cuando ve quiénes figuran en los datos: criminales, mafiosos, jefes de Estado, acólitos de autócratas. Todas son personas que tiene interés en que todo esto no salga a la luz. Personalmente no tengo mucho miedo. Vivimos en Alemania, en un entorno en el que uno se puede sentir seguro como periodista. Más me preocupan los colegas que trabajan e investigan en países en los que el estado de derecho no funciona muy bien. En esos casos lo que está en peligro es su vida.

–¿Entregarán el material a la fiscalía?

–No. No somos el brazo de la fiscalía. Somos periodistas. Las autoridades cuentan con suficientes recursos para poder combatir chanchullos como estos. Otra cosa es si los utilizan.

–Con su colega Bastian Obermayer reunió sus pesquisas en el libro titulado Los Papeles de Panamá. La historia de una revelación mundial. ¿Estarán en algún momento todos los datos de las filtraciones disponibles en Internet?
–El Süddeutsche Zeitung no colgará todo tal cual en Internet. No todas las personas que figuran en los documentos tienen relación con algo ilegal. No sería compatible con las leyes alemanas publicar todo en la red. El criterio decisivo es el del interés público.

Irritación social por evasores fiscales

El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, que ayer compareció ante el Parlamento de su país, aseguró que no va a renunciar, como lo exigieron miles de habitantes en Reikiavik, luego de que su nombre apareció en la lista negra de una red de defraudadores fiscales.

El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, rechazó renunciar, como exigieron miles de personas ayer aquí, en momentos en que los gobiernos de Francia, Australia y Nueva Zelanda, entre otros, anunciaron por separado que investigarán el esquema con el que al menos 140 personalidades a escala mundial realizaron operaciones para evadir el pago de impuestos, evitar sanciones y realizar lavado de dinero en paraísos fiscales a través del despacho panameño Mossack Fonseca.

Allegados al presidente chino, Xi Jinping, al ex primer ministro chino Li peng y al premier británico David Cameron figuran entre las filtraciones de la operación denominada Los papeles de Panamá, hechas el domingo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).

El primer ministro islandés rechazó renunciar, horas después de una multitudinaria protesta en la que se exigió su dimisión luego que su nombre, junto con el de su esposa, apareció como titular de una sociedad en un paraíso fiscal, en la investigación coordinada por el ICIJ, organización sin fines de lucro con sede en Washington.

La investigación se efectuó con 11.5 millones de documentos y 2.6 terabytes de información que el diario alemán Süddeutsche Zeitung obtuvo de una fuente anónima hace más de un año y que compartió con más de 100 organizaciones de prensa de 78 países.

La filtración corresponde a e-mails, pdfs y material fotográfico, así como a documentos bancarios internos del despacho Mossack Fonseca, que se extiende desde la década de los años 70 del siglo pasado hasta comienzos de 2016.

En las filtraciones, que según el ICIJ durarán un mes, aparecen 128 políticos de distintas esferas, entre ellos mandatarios y ex gobernantes; 61 familiares o socios cercanos a líderes y deportistas, empresarios, actores, conocidos criminales y otras personalidades públicas, que crearon con ayuda de Mossack Fonseca unas 214 mil empresas offshore, es decir, constituidas fuera del país de residencia con el fin de evitar pagar impuestos, en paraísos fiscales.

De acuerdo con ICIJ, Gunnlaugsson y Anna Sigurlaug Pálsdóttir, que después sería su esposa, tenían en 2007 participación en la empresa Wintrics, ubicada en Islas Vírgentes Británicas, donde fueron a parar millones de dólares que la pareja del político heredó de su padre.

Cuando en 2009 se convirtió en diputado, Gunnlaugsson no mencionó la empresa y a finales de ese mismo año le vendió a su mujer, por tan sólo un dólar, su participación de 50 por ciento en la compañía.

En el Parlamento, los partidos opositores presentaron una moción de censura contra el mandatario. En las calles, unos 22 mil islandeses de un total de 320 mil habitantes firmaron una carta exigiendo la dimisión de Gunnlaugsson, ya que las transacciones del ahora gobernante se realizaron durante la crisis financiera mundial 2008-2009, la cual golpeó a Islandia, cuyos tres mayores bancos quebraron.

Islandia fue un caso importante porque fue el primero en la época moderna de un país que literalmente quebró. El caso de Islandia fue una de las primeras expresiones de la crisis que se extendió por toda Europa aun cuando es una de las naciones más igualitarias y desarrolladas de ese continente en términos sociales.

China
Al menos ocho miembros, antiguos o actuales, del Comité Permanente del Buró Político del Partido Comunista Chino (PCC) figuran entre los responsables identificados por la investigación del ICIJ.

Entre los parientes o allegados de altos responsables chinos señalados figura Deng Jiagui, cuñado del presidente de China, Xi Jinping.

En 2009, cuando Xi ya integraba el comité permanente del Buró Político, Deng se convirtió en el único accionista de dos sociedades offshore en Islas Vírgenes Británicas, reveló la investigación.

En junio de 2012, en una investigación sobre la fortuna de la familia Xi, la agencia Bloomberg reveló que Deng y su esposa poseían cientos de millones de dólares de activos inmobiliarios y títulos financieros.

En Los papeles de Panamá figura Li Xiaolin, hija de Li Peng (primer ministro chino de 1987 a 1998), quien junto a su marido tuvo una fundación en Liechtenstein, controlada a su vez por una firma con sede en Islas Vírgenes, en la época en que su padre estaba en funciones.

Además se nombra a una nieta de Jia Qinglin, ex miembro del Comité Permanente del Buró Político del PCC, y a un arquitecto francés, Patrick Devillers, cercano al ex «príncipe rojo» caído en desgracia, Bo Xilai, quien ayudó a su esposa a comprar –pasando por una firma pantalla– una villa en Francia.

Los medios chinos abordaron las revelaciones de Los papeles de Panamá, pero sin mencionar a los personajes locales implicados.

Gran Bretaña

La publicación del ICIJ resultó embarazosa también para el premier de Gran Bretaña, David Cameron, ya que su difunto padre, Ian Cameron, algunos miembros del Partido Conservador en el Parlamento, ex diputados conservadores y financieros aparecen en los documentos revelados.

Ian Cameron utilizó los servicios de Mossack Fonseca para blindar de la autoridad tributaria británica su empresa Blairmore Holdings, reportó el diario The Guardian.

Ian Cameron contrató a «un pequeño ejército de residentes en Bahamas», incluido un obispo, que permitieron al fondo de inversión fundado en 1980 funcionar en un paraíso fiscal para evadir impuestos. En 30 años, la empresa, bautizada en honor a la casa familiar de los Cameron en Aberdeenshire, Escocia, no ha pagado un solo penique en impuestos.

Ucrania

La oficina anticorrupción de Ucrania informó que no investigará a su mandatario, Petro Poroshenko, por crear una compañía en Islas Vírgenes en 2014, durante el auge del conflicto con Rusia. Poroshenko es el único accionista de Prime Asset Partners, una sociedad que el despacho Mossack Fonseca dio de alta, refirió el diario español El Mundo.

Deportistas y más

La Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) está muy presente en los millones de documentos revelados por el ICIJ. Se cita a dos ex vicepresidentes, el francés Michel Platini y el uruguayo Eugenio Figueredo.

Platini, suspendido seis meses de toda actividad relacionada con el futbol por una transferencia poco clara de 1.8 millones de euros que recibió del ex presidente de la FIFA Joseph Blatter, habría recurrido a los servicios de Mossack Fonseca en 2007, año en el que fue nombrado presidente de la Liga de Campeones de la UEFA, para administrar una sociedad en Panamá.

Figueredo, inculpado en diciembre por fraude y lavado de dinero en el contexto de la investigación del escándalo de la FIFA, aparece por sus lazos con siete empresas offshore para las que habría trabajado el abogado uruguayo Juan Pedro Damiani, presidente del club de futbol Peñarol y que además era miembro de la comisión de ética de la FIFA.

En la larga lista de implicados figuran además: el paraguayo Nicolás Leoz, el golfista británico Nick Faldo; Kojo Annan, hijo del exsecretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan; Mohammed Mounir, secretario personal del rey Mohamed VI de Marruecos, y el actor hongkonés Jackie Chan.

Reacciones

El presidente de Francia, François Hollande, expresó su satisfacción por la revelación, y anunció que el fisco de su país investigará a los franceses que aparecen en los documentos.

La Casa Blanca dijo que no comentará el caso, al señalar que Estados Unidos es un líder defensor de la transparencia, y que el Departamento de Justicia y el Tesoro investigan casos de ese tipo.

Australia, Suecia y Holanda anunciaron por separado que abrirán investigaciones.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acusó a Panamá de no estar comprometido con el intercambio automático de información financiera.

Varias organizaciones no gubernamentales abogaron por la prohibición pura y simple de sociedades anónimas fantasmas. Oxfam advirtió que las prácticas de evitar el pago de impuestos perjudican más que nada a los países pobres.

Diario señala que el Kremlin exigía «contribuciones» a multimillonarios

Moscú.

Aunque el Kremlin siempre trata de minimizar las denuncias de corrupción que involucran a miembros del entorno más cercano del presidente Vladimir Putin, esta vez –con la difusión de apenas una parte del inmenso archivo de documentos filtrados del bufete Mossack Fonseca, que los medios participantes en el proyecto denominan Los papeles de Panamá– parece por lo menos extraño que por cuatro empresas registradas en paraísos fiscales del mejor amigo del mandatario ruso, quien jamás se ha dedicado a los negocios, hayan pasado cerca de 2 mil millones de dólares entre 2006 y 2015.

El artífice de esa fortuna, Serguei Rolduguin, padrino de bautizo de la hija mayor de Putin, María, no vive como multimillonario y se dedica a la música clásica como chelista y promotor de actividades culturales, principalmente en la ciudad de San Petersburgo.

Quienes lo conocen de cerca aseguran que su principal virtud es ser leal a los amigos y sugieren que ni él mismo sabe cuántas acciones tiene en el Banco Rossiya, que manejan Yuri Kovalchuk, Nikolai Shamalov y otros amigos del presidente ruso, o en VI, compañía en que llegó a dominar cerca de 70 por ciento del mercado local de la publicidad televisiva, por mencionar sólo dos.
Tampoco se entiende por qué magnates rusos como Aleksei Mordashov, dueño del consorcio Severstal, o Suleiman Kerimov, el hombre más acaudalado de Daguestán, aceptaron realizar transacciones francamente absurdas, que semejan más generosas donaciones a las empresas de Rolduguin: siempre mediante enredados esquemas y triangulaciones, a cambio de un solo dólar el chelista obtuvo en una ocasión 52 millones de dólares, en otra 30 millones por una asesoría, y así por el estilo.

El equipo de investigación del periódico Novaya Gazeta, que tiene acceso a Los papeles de Panamá, maneja la hipótesis de que, desde hace por lo menos 10 años, el Kremlin exige a los multimillonarios que no forman parte de su entorno la aportación de cantidades, si bien las empresas de Rolduguin se beneficiaban también de otras fuentes, como las operaciones instantáneas de compraventa de acciones de consorcios, entre ellos la petrolera Rosneft, el monopolio del gas Gazprom y otras compañías con participación mayoritaria del Estado.

Se documentan casos de genialidad empresarial, por llamarlos de alguna manera, como comprar un día un paquete de acciones y venderlo al día siguiente al anterior propietario, ganando por el esfuerzo 450 mil dólares, o incluso cobrar 750 mil dólares de «compensación» de Rosneft por anular un contrato un día después de haber firmado el acuerdo para vender un paquete accionario.

Desde luego la banca del Estado también contribuyó a engrosar las cuentas de las empresas de Rolduguin con préstamos en condiciones súper favorables, a sabiendas de que nunca se devolvería ese dinero. Como ejemplo, el RCB Bank, con sede en Chipre, y dependiente del banco ruso VTB, abrió una línea de crédito, entre 2010 y 2012, por un valor de 650 millones de dólares sin precisar para qué se usaría el dinero ni estipular los intereses.

Según Novaya Gazeta, una parte de las grandes sumas que pasaban por las empresas del chelista en los paraísos fiscales retornó a Rusia para «uso discrecional del titular del Kremlin» y para beneficio de los nuevos magnates de Rusia, que integran su primer círculo (en el cual, la prensa independiente ubica a Yuri Kovalchuk, los hermanos Arkadi y Boris Rotenberg, Nikolai Shamalov y Guenadi Timchenko, entre otros).

Los periodistas que intervinieron en la investigación creen que las empresas offshore – es decir, constituidas fuera del país de residencia con el fin de evitar pagar impuestos– de Rolduguin se utilizaban para adquirir acciones en empresas estratégicas de la economía de Rusia, así como para «actividades recreativas» de los afortunados, si así pudiera denominarse la compra de palacetes, clubes de yates, centros para esquiar, etcétera.

La reacción del Kremlin

Para el Kremlin, por medio de su vocero oficial, Dimitri Peskov, cuya actual esposa, la patinadora olímpica Tatiana Navka, figuraba también como propietaria de una empresa en un paraíso fiscal que ya se clausuró, la difusión de estas «conjeturas y suposiciones» forman parte de un ataque dirigido contra Putin y busca desestabilizar la situación en Rusia de cara a las elecciones parlamentarias de septiembre y las presidenciales de 2018.

Para Peskov, quien insistió en que en ningún documento de los hechos públicos desde el domingo aparece el nombre de Putin, «es evidente que el fin principal de esta filtración es dañar la imagen de nuestro presidente» y, en ese sentido, «no aporta nada nuevo repetir especulaciones que vemos todos los días».

Indicó que el “grado de putinofobia ha llegado a tal nivel que a priori resulta imposible hablar bien de Rusia, de los éxitos del país, y hay que hablar mucho y mal”.

Peskov calificó la investigación de «poco profesional y superficial», y arremetió contra los periodistas que participan en el proyecto de revisión de los 11 millones y medio de documentos filtrados, al sostener que entre ellos hay «no pocos ex funcionarios del Departamento de Estado estadunidense, de la CIA y de otros servicios secretos».

El vocero duda de la seriedad de las acusaciones, basándose en su caso personal, ya que aseguró que su mujer «nunca tuvo ni tiene empresas en paraísos fiscales».

Horas después, el periódico británico The Guardian publicó los documentos con que se abrió esa empresa y la fotocopia del pasaporte de Tatiana Navka. La empresa se canceló en noviembre de 2015, meses después de entrar en vigor la prohibición para funcionarios públicos de tener compañías offshore.

Las denuncias publicadas hasta ahora no se limitan sólo al entorno del presidente Putin: ya salieron documentos que involucran a altos funcionarios del aparato de seguridad y sus familias, así como la utilización de un paraíso fiscal por el multimillonario Dimitri Rybolovlev para ocultar de su ex mujer, Yelena, una colección de pintura durante su divorcio, que los periodistas llaman un «mini Louvre», con obras de Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgar Degas y Mark Rothko, entre otros grandes maestros.

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