Utilizar el WhatsApp antes de irse a dormir hace que se descanse la mitad

Cada vez salen a la luz más estudios que alertan de la  relación entre los problemas con la conciliación del sueño y el uso de las tecnologías móviles antes de acostarse. Los estímulos derivados de la interacción social y la luz emitida por las pantallas de los dispositivos son los principales factores que provocan el llamado  ‘insomnio de conciliación’. El sector poblacional más afectado es el comprendido entre los  18 y 32 años, los cuales tienen el doble de probabilidades de sufrir trastornos del sueño que el resto debido a un uso abusivo de las redes sociales.
 
Que ver la televisión o utilizar el ordenador antes de irse a dormir afecta al sueño es un hecho que ya está aceptado por gran parte de la sociedad. Pero mucha gente se resiste a pensar en la misma vinculación en torno a los  teléfonos móviles o las tabletas. Pero los últimos estudios en este campo están  siendo tajantes. El uso de estas tecnologías, así como sus aplicaciones, no sólo retrasa el inicio del sueño sino que consigue que éste sea de  peor calidad y más superficial.
 
«El uso de dispositivos electrónicos antes de ir a dormir provoca lo que se denomina ‘insomnio de conciliación’, un retraso en el inicio del sueño debido a  dos factores: por un lado, a la  generación de estímulos continuos al «interactuar» con estas herramientas en un momento en que se debe estar ‘desconectando’, preparándose para una transición gradual hacia la acción de dormir. Esto produce un estado de mayor activación mental que va a dificultar el posterior inicio del sueño», asegura el especialista en Neurofisiología y Trastornos del Sueño del Hospital Vithas Medimar Internacional de Alicante Javier Brualla.
 
Por otro lado, el siguiente factor determinante es  la luz emitida por las pantallas de los dispositivos –especialmente la de color azul–. Como ocurre con el televisor, la luz reduce drásticamente la secreción  de melatonina, la hormona encargada de regular los ciclos del sueño. Se produce en la glándula pineal y se libera al apagar la luz y acostarse, facilitando el sueño y sincronizando el reloj biológico.
 
Los últimos estudios apuntan a que hay un  incremento de trastornos del sueño entre las personas con edades comprendidas en la franja de  18 a 32 años. Los jóvenes que pasan más tiempo en las redes sociales tienen el  doble de probabilidades de sufrir un desorden del sueño frente a los que no hacen un uso abusivo de estas herramientas tecnológicas, según investigadores de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos.

¿Qué aconsejan los especialistas?
Por ello, los expertos recomiendan dejar de utilizar los aparatos electrónicos mencionados al menos  una hora antes de ir a dormir, y apagarlos o dejarlos  fuera del alcance de la mano en el momento de irse a la cama. Es precisamente en los momentos inmediatos a irse a dormir cuando el daño se magnifica, ya que las condiciones de luz son más disonantes.
 
Se recomienda también dormir en torno a  siete horas diarias, aunque las necesidades de sueño son individuales y varían según la persona. «Un descanso óptimo no depende exclusivamente de las horas que se dedican al sueño. Es también de gran importancia la  calidad del mismo. Es mucho más eficaz y reparador un bloque compacto de sueño profundo de cinco horas seguidas que pasar diez horas en la cama con un sueño superficial y lleno de interrupciones», concluye el Doctor Brualla.

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