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Urge otra forma de enfocar violencia de género

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La ONG Casa de Esperanza y Proyecto Palomas compartieron sus experiencias sobre las herramientas y estrategias que ejecutan para dar apoyo a mujeres que sufren violencia, con el propósito de que organismos internacionales, así como nacionales que se encargan de esta problemática puedan aplicarlas para salvar vidas en cada país.
 
Tanto Heidi Notario, directora de Implementación y Cambio Social de Casa de Esperanza, institución líder en el movimiento contra la violencia doméstica y centro nacional para organizaciones que trabajan con latinas y latinos en los EE. UU. y Lizette Vila Espina, encargada del Proyecto Palomas, casa productora cubana de audiovisuales para el activismo social, estuvieron durante tres días en el Centro Cultural España exponiendo la forma más eficiente de ayudar a la o los afectados de violencia intrafamiliar.
 
En el encuentro, auspiciado por la Fundación Nicolás Guillén, plataforma creada en el país para este tipo de eventos, se ofrecieron materiales audiovisuales didácticos y protocolos de seguridad para las sobrevivientes de violencia doméstica, que sirven para identificar las señales o indicadores que advierten de una posible descarga de ira o agresiones por parte de la pareja.
 
“Si la mujer sabe que cuando su marido llega borracho, pierde la lotería o no está de buen humor es cuando la agrede y casi siempre lo hace en la cocina o el baño, debe de evitar estar cerca de esos lugares para poder defenderse”, explicó Notario.
 
Asimismo, precisó que es importante que la afectada tenga en cuenta dónde están los menores antes del ataque; el teléfono de una amiga o familiar que la pueda recibir y preparar una bolsa con los documentos personales por si tiene que pedir refugio para ella y los hijos.
 
Además, la representante de Casa de Esperanza destacó que es necesario crear redes de apoyo para darle seguimiento a la evolución de la persona que padece la violencia.
 
Por su parte Lizette Vila Espina, de Proyecto Palomas, consideró que quienes trabajan con violencia de género deben ser creativos, para buscar la forma de que los demás se interesen por conocer y combatir este flagelo.
 
“A estas actividades invitamos a cientos de personas, hombres y mujeres y solo asistieron 20 y muchas porque pertenecen a entidades internacionales que trabajan el tema. Aún la población no está sensibilizada”, sostuvo Vila Espina.
 
Aclaró que por esta causa fue que Proyecto Palomas decidió hacer documentales con los testimonios de mujeres que han vivido en su propia piel la terrible consecuencia del maltrato hacia las féminas.
 
Expuso que el arte es un medio de comunicación y todo el mundo tiene una empatía con las imágenes y el sonido: “Es muy difícil resistirse a escuchar o contar esas historias de vida con toda su fuerza y valor”.
 
Entre las participantes, la coordinadora general del Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas (Mudha), Liliana Dolís, intervino para reflexionar sobre la manera en que la República Dominicana conmemora cada 25 de noviembre, Día de la No Violencia contra la Mujer, con historias y estadísticas de los feminicidios que tienen lugar y las denuncias relacionadas con el tema; cuando en realidad lo que se requiere es una articulación de políticas que ayuden a erradicar la violencia y el ofrecimiento de vías que salven a los hogares de este mal, dijo.
 
Otra exposición estuvo a cargo de Marí Bordenade, coordinadora de la fundación Abriendo Caminos, ubicada en Villas Agrícolas, del Distrito Nacional, donde ofrecen un espacio de formación integral a menores y adultos mediante capacitación técnico profesional: “Se necesitan medidas prácticas para combatir la violencia de género. Que cada activista se capacite y sea capaz de ofrecer ayuda inmediata a las mujeres agredidas”, apuntó.
 
Más recursos
Heidi Notario explicó que una de las formas de violencia hacia la mujer es la privación de sus derechos y oportunidades para desarrollarse en su entorno.
 
Sostuvo que hace falta voluntad política y cooperación económica de los organismos internacionales para tratar la violencia contra las mujeres, debido a que dejó de ser un asunto privado para convertirse en un problema social, prioridad del Estado.
 
De igual forma, destacó que el primer desmonte que se necesita hacer para hablar sobre violencia de género es eliminar la barrera que existe entre las supervivientes y quienes brindan apoyo.
 
“Por el hecho de que yo ofrezca orientación y entienda el ciclo de la violencia no debo juzgar a la afectada y creerme por encima de ella al pensar que a mí eso jamás me va a pasar”, destacó la también socióloga y directiva de Casa Esperanza.
 
Insistió en que en el proceso de esta lucha se debe incluir a los legisladores, funcionarios y jueces para que entiendan cómo se da la violencia y puedan atacarla en todas las aristas que las componen.
 
«En definitiva, creo que esta actividad ha sido de gran ayuda porque integró a mujeres de España, Francia, Cuba y República Dominicana, que a su vez se convertirán en defensoras y multiplicadoras de los conocimientos adquiridos en el taller Tácticas de Control: Visión de la Mujer», conluyó Notario.

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