Guiados por el optimismo y el consenso emanado de la reciente cumbre del clima de París, los representantes de 171 países que representan el 93% de las emisiones globales firmaron solemnemente en Nueva York el acuerdo alcanzado el pasado diciembre, un paso protocolario pero ineludible para que las decisiones tomadas entonces puedan hacerse realidad. Ahora será el turno de los parlamentos nacionales, responsables últimos de la ratificación, que impondría una moratoria de cuatro años a futuros líderes que quisieran abandonarlo. «Es una carrera contra el tiempo», advirtió el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que pidió que el tratado entre en vigor «tan pronto como sea posible».
En la inauguración de la ceremonia para la firma del tratado, en la sala plenaria de la Asamblea General de la ONU, Ban calificó el 22 de abril de jornada «histórica» porque «nunca antes un número tan importante de países habían firmado un acuerdo internacional en un solo día». «El espíritu de solidaridad de París todavía pervive –destacó–. Hoy estamos rompiendo un récord y eso son buenas noticias», valoró el secretario general. El principal objetivo del acuerdo climático es evitar que la temperatura media mundial aumente más de dos grados con respecto a los valores preindustriales.
Unos 60 presidentes y jefes de gobierno estuvieron presentes pero no los máximos representantes de las tres potencias con más emisiones de dióxido de carbono, EEUU, China y la India, y tampoco el presidente ruso, Vladímir Putin.
Ban, por su parte, defendió también que las medidas contra el cambio climático no son una carga, sino todo lo contrario: «A las nuevas generaciones debemos darles algo más que promesas», añadió.
De hecho, en la ceremonia estuvieron presentes 197 niños en representación de las partes (o países) de la Convención Marco de Cambio Climático y John Kerry, el secretario de Estado de Estados Unidos, tomó a su nieta en sus brazos en el momento de estampar su firma.
Para que el acuerdo entre en vigor es necesario que ahora sea ratificado por 55 países cuyas emisiones representen al menos el 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, un objetivo fácilmente asumible atendiendo a la unanimidad alcanzada en París. Francia, Canadá y China han anunciado su intención de cumplir el trámite antes de que acabe el año.
Ban también celebró que 15 países, la mayoría pequeños estados insulares, se hubieran adelantado al acto ratificando el acuerdo antes.
