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Un test genético reduce hasta un 14% la quimioterapia en tumores de mama

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La genética de los tumores tiene la clave para tejer a medida un tratamiento personalizado para cada paciente. Hasta ahora, en cáncer de mama, eran casi siempre los criterios clínicos (el análisis anatomopatológico del tumor) y biológicos (edad de la paciente, grado y estadio de la enfermedad) los que definían el riesgo de recidiva (reaparición) y decidían la conveniencia de dar quimioterapia a una mujer recién sometida a cirugía de cáncer de mama. El estudio genético de las neoplasias se reservaba para casos muy determinados, en los que los resultados biológicos generaban dudas a los facultativos a la hora de tomar la decisión. Sin embargo, el estudio internacional MINDACT, que presentó el lunes sus primeros resultados en un congreso de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, ha certificado la eficiencia de los estudios genéticos para decidir la conveniencia de dar quimioterapia o no a muchas pacientes. La investigación reveló que el test genético MammaPrint es capaz de detectar que algunos tumores considerados de alto riesgo de recurrencia según los criterios tradicionales, en realidad no lo son, por lo que no sería necesario complementar la cirugía con quimioterapia. Así, el MammaPrint podría reducir hasta un 14% los casos a los que se administra el tratamiento químico.
 
Los test genéticos no son nuevos en cáncer de mama. De hecho, ya se han estudiado también sus bonanzas a la hora de predecir el pronóstico del tratamiento. Pero lo que evidencia este estudio es la eficacia del test para detectar el riesgo de reincidencia de los tumores y su capacidad para evitar quimioterapias innecesarias. «Intentamos comparar la anatomía patológica del tumor con el estudio de sus genes para ver cuál nos daba más información sobre la neoplasia y cuánto se podría ahorrar en quimioterapia. Analizamos la agresividad del tumor y en riesgo de recidiva de la paciente», explica la doctora Isabel Rubio, responsable de la Unidad de Mama del Hospital Vall d’Hebron y portavoz del grupo cooperativo Solti, una agrupación médica que coordinó el estudio en España. Según el último informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el de mama es el cuarto tumor con más incidencia en España y el primero en mujeres (25.215 casos nuevos en 2012).
 
En el estudio, en el que participaron 11 hospitales europeos (nueve de ellos españoles), se reclutaron 6.693 mujeres que se habían sometido a una cirugía de cáncer de mama. Los investigadores evaluaron el riesgo de recurrencia de la neoplasia a partir de los dos sistemas: por un lado, el MammaPrint, que analiza 70 genes del tumor y, por otra parte, la herramienta Adjuvant! Online, que calcula en riesgo de recidiva en base a los criterios clínicos y biológicos comunes. Los dos sistemas de evaluación coincidieron en catalogar a 2.745 mujeres con bajo riesgo de reincidencia y otras 1.806 con alto riesgo. Pero la disensión entre ambas herramientas surgió con 592 pacientes consideradas de riesgo bajo según los parámetros del Adjuvant! Online y alta reincidencia para el MammaPrint, y otras 1.550 de bajo riesgo para el test genético y elevado según los criterios tradicionales.
 
De las 3.356 mujeres que fueron clasificadas según los parámetros tradicionales como pacientes de alto riesgo de recurrencia, el tratamiento de acuerdo al MammaPrint redujo la prescripción de quimioterapia en un 46%. En el grupo de pacientes que el test genético consideraba de bajo riesgo y los criterios tradicionales de peligro elevado de recidiva, el estudio demostró que la supervivencia a cinco años sin metástasis supera el 94%, independientemente de si habían recibido quimioterapia o no. «Esta investigación da luz a cambiar la práctica clínica porque es un estudio randomizado de máxima evidencia científica que demuestra que con el test puedes evitar que muchas mujeres se sometan a quimioterapia y a sus efectos secundarios y el resultado sea igual de bueno», señala Rubio. La investigación se publicará las próximas semanas en una revista científica.
 
Los expertos advierten de que no sirve para todas las pacientes
 
Los expertos consultados coinciden en que este estudio constata la eficacia de un mecanismo que ellos ya probaban en la práctica clínica. «Hasta ahora el test genético lo utilizábamos en casos muy determinados, cuando teníamos serias dudas para tomar decisiones sobre el tratamiento. Pero esto es el futuro porque nos permite clasificar mejor a las pacientes y ver qué tratamiento es más conveniente», apunta la doctora María Eulalia Fernández, especialista en ginecología oncológica y miembro de la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña. El doctor César Rodríguez, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) asegura que la eficacia de este método «podrá librar a pacientes de la quimioterapia y todos los efectos adversos» pero puntualiza que el nicho al que va dirigido se limita a mujeres de riesgo intermedio. «No sirve para todas las pacientes porque ya hay casos que sólo con los resultados de la anatomía patológica se ve claramente que son de muy alto riesgo o de bajo», añade el oncólogo, que ejerce en el Hospital Universitario Clínico de Salamanca. «Este estudio nos reafirma algo que ya teníamos bastante claro. Había estudios retrospectivos que lo aseguraban pero necesitábamos investigaciones prospectivas para reafirmar que lo que hacemos ya en la práctica clínica está bien», concluye Rodríguez.
 
Pero el MINDACT no termina aquí. Esta es sólo una de las patas del macroproyecto de investigación gestionado por la Organización Europea de Investigación y Tratamiento del Cáncer (EORTC en sus siglas en inglés). «Este estudio también impactará en la cirugía porque podremos analizar los tratamientos quirúrgicos que hay hasta ahora y avanzar hacia individualizar más el tratamiento según cada caso», avanza Rubio. El MINDACT dispone de un gran biobanco que permitirá estudiar también nuevos biomarcadores de la enfermedad. «El estudio molecular y los perfiles génicos del tumor son el futuro», concluye la investigadora.
 
 
 
Cuatro plataformas
 
El MammaPrint es una de las cuatro plataformas genómicas que se comercializan actualmente para estudiar la genética de los tumores. Este test analiza, a partir de un trozo de tejido tumoral, hasta 70 genes de la neoplasia. Los oncólogos mandan la muestra a Amsterdam, donde se centralizan las analíticas, y reciben los resultados varios días después.
 
El doctor César Rodríguez insiste en que esta prueba sirve sólo para pacientes con riesgo intermedio y que generen serias dudas en los facultativos a la hora de decidir si le dan quimioterapia o no. Tanto el MammaPrint como el resto de las plataformas genéticas analizan un pull de genes de la misma forma. Lo que cambia entre ellas es la tecnología que puedan emplear o el número de genes que analizan.
 
Según Rodríguez, casi todas las comunidades autónomas «tienen autorizado el uso del test genético», sea MammaPrint o cualquier otro. La prueba cuesta alrededor de los 2.000 euros, aunque su precio varia según los test que se soliciten y, a más peticiones, más abaratamiento de los costes. Rodríguez apostilla además que «el hecho de evitar una quimioterapia a una paciente gracias al test ya supone un ahorro de tratamiento, efectos secundarios, bajas laborales y otros problemas médicos derivados de la quimioterapia».
 

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