La ingesta de proteínas en España está «muy por encima» de los límites recomendados, según ha mostrado la investigación ‘Distribución de macronutrientes y fuentes alimentarias en la población española: resultados obtenidos del estudio científico ANIBES’, publicada recientemente en la revista ‘ Nutrients’.
Este trabajo, incluido dentro del estudio científico ‘ANIBES’, ha tenido como objetivo principal conocer la distribución de los diferentes macronutrientes, así como de las principales fuentes de alimentos y bebidas que contribuyen al consumo de hidratos de carbono, lípidos, proteínas, fibra y alcohol según sexo y edad.
«Los cambios sociales y económicos que se han producido en España en las últimas décadas han hecho que también se hayan provocado ciertas variaciones en los patrones de alimentación y en los estilos de vida. Algunos de estos cambios han tenido un impacto que se puede considerar positivo, como la disponibilidad de una mayor variedad de los alimentos, que estos sean más accesibles, así como un incremento en la seguridad alimentaria. En cualquier caso, estos cambios no garantizan una selección adecuada de alimentos o que se produzca una adherencia a un patrón de alimentación mediterráneo», ha comentado el presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), Gregorio Varela-Moreiras.
Carnes y derivados: principal fuente alimentaria
En este sentido, el estudio ha mostrado que el grupo de alimentos carnes y derivados, con un 33,14 %, es la principal fuente alimentaria de este macronutriente entre la población participante en el estudio, seguido del grupo de cereales y derivados (17,38%) y el de la leche y productos lácteos (17,17%).
Por su parte, y en relación a los hidratos de carbono, el mayor consumo total de hidratos de carbono se ha podido ver en los grupos de edad más jóvenes, en comparación con los más mayores, y más en hombres que en mujeres. En este caso, el grupo de cereales y derivados, con un 48,97%, es la principal fuente alimentaria de la muestra, seguido de la leche y productos lácteos (9,90%) y las bebidas sin alcohol (8,36%).
Ahora bien, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que el total de hidratos de carbono en la alimentación debería estar entre el 50% y el 75% del total de la energía.
Por su parte, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2010 propuso una horquilla de entre el 45% y el 60% de la energía total para el consumo de hidratos de carbono.
Por otra parte, respecto a los azúcares, el profesor ha comentado que, aunque la EFSA no establece un límite máximo de consumo, la OMS recomienda que tanto adultos como jóvenes deberían realizar una ingesta de azúcares libres de menos del 10% del total de la ingesta diaria de energía. No obstante, recuerda, este mismo organismo ha propuesto posteriormente una reducción de la ingesta de azúcares hasta el 5%, ya que podría tener potenciales beneficios para la salud.
La leche y los productos lácteos, que incluye los subgrupos de leches, quesos, yogur y leches fermentadas y otros productos lácteos, son el grupo de alimentos y bebidas que más contribuye a la ingesta de azúcares, seguido de grupo de bebidas sin alcohol (que incluye los subgrupos de zumos y néctares, refrescos con azúcar, café y otras infusiones, bebidas para deportistas, bebidas energéticas, refrescos sin azúcar, agua y otras bebidas sin alcohol), el de frutas, el de azúcares y dulces y el de cereales y derivados.
«No se alcanzan las recomendaciones y objetivos nutricionales»
«Es importante que cada grupo se analice por subgrupos de forma diferenciada, por el distinto tipo de azúcares que aportan. En lo que se refiere a la fibra como macronutriente, el grupo de cereales y derivados ha sido la principal fuente alimentaria, seguido del de verduras y hortalizas y el de frutas. Los valores fueron más altos en los adultos de mayor edad que en las poblaciones más jóvenes. En cualquier caso, no se alcanzan las recomendaciones y objetivos nutricionales establecidos para la población española en lo que se refiere a la ingesta de este componente de la dieta», ha apostillado.
Finalmente, en lo que respecta a los lípidos, la situación es a la inversa y son los más jóvenes los que consumen una mayor cantidad, en comparación con los adultos más mayores, y los hombres más que las mujeres. «El grupo de aceites y grasas es la principal fuente de este macronutriente. A este grupo de alimentos le siguen las carnes y derivados y la leche y los productos lácteos. Tanto la OMS y la FAO a nivel mundial, como la EFSA a nivel europeo, han propuesto como referencia en lo que se refiere a lípidos un límite inferior del 20% de la ingesta total y un límite superior del 35%», ha zanjado Varela-Moreiras.