Pasarán muchos lustros y se hablará de las recién celebradas elecciones del 15 de mayo de 2016, como las más costosas de la historia dominicana; y, encima, con peores resultados.
Días después, cuando se esperaba que se entregaran ya los resultados, aún no se cierran los conteos manuales, pues los candidatos a distintos puestos de la oposición exigen veracidad y esta parece alejarse cada vez más.
Hechos dolorosos han manchado el proceso, que ya cuenta siete muertos y decenas de heridos. Y lo peor es que aunque el oficialismo critica el “pataleo”, si no se hubiese recurrido a ese método, los escaños obtenidos por la oposición pudieron haberse arrebatado. Porque no es posible que un boletín hable de una cifra concreta para algunos de los partidos, y el que le sigue reste cantidad de votos. ¿Qué está pasando? ¿Qué responderá la Junta Central al respecto? ¿Y cuál es la historia real de los tres mil técnicos que- se dice- renunciaron?
La sociedad dominicana votó masivamente, cumplió con su deber moral y ciudadano; entonces, merece que se le trate con respeto y se le informe con transparencia cada detalle. El país necesita paz, conciliación, cordura y la certeza de que quienes dirigirán los destinos de la nación tienen capacidad para el diálogo, el entendimiento y, en definitiva, para poder seguir adelante…
Elecciones costosas, negativos resultados
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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