Pasarán días, meses y años, y las elecciones del 15 de mayo de 2016 seguirán siendo motivo de debates, disputas y opiniones diversas. Todavía, a más de una semana de llevadas a cabo, el tema sigue siendo portada en los medios de comunicación y hablar ahora de las actas en blanco o las que nunca llegaron al Distrito Nacional, u otros sitios del territorio nacional, pasa a ser un epígrafe más de esa razón por la cual difieren los partidos opositores.
De que existe en el país un “desgaste de régimen electoral”, es una verdad de Perogrullo, porque las irregularidades ya traspasan lo absolutamente esencial.
Es que no se trata solamente de lo sucedido en la Junta Electoral del Distrito Nacional, en el país entero se habla de esa intención del partido oficialista de absolutizar su poder con la 3/4 parte del Congreso, lo cual supondría, según se repite a coro, “imponer una nueva modificación de la Constitución.” La suerte que han corrido las boletas y la manera en que sigue hablándose de los boletines emitidos por la Junta Central Electoral deja, cada vez más, en entredicho el sistema de escrutinio. Se sabe que la mayoría de las actas electrónicas difieren de la manual. Volver una y otra vez al tema no es redundante, si bien el triunfo de Danilo Medina no se cuestiona en cantidad de votos, logrados de la manera que fuera, “patalear” para que haya un poco de transparencia beneficiaría, no ya a la oposición, sino a la democracia dominicana.
Días pasan, elecciones no terminan
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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