«El más grande» tenía carisma y un agudo sentido del humor. Era apuesto. Surgió en una época difícil que le dio un carácter urgente a su visión política y moral. Introdujo sorprendentes dotes físicos al cuadrilátero, principalmente su velocidad.
Y no deberá pasarse por alto la fortuna que tuvo de pelear en una época repleta de fascinantes adversarios.
Gracias a su personalidad y talento, Ali seguramente hubiera triunfado en cualquier época. Sin embargo, una larga lista de respetados púgiles tales como Sonny Liston, Joe Frazier y George Foreman le dieron la oportunidad de demostrar su grandeza.
Muchos llaman la época de Ali, en especial la segunda parte de su carrera, «la época dorada» de los pesos pesados.
«Siempre he dicho que Ali peleó contra más contrincantes de peso pesado talentosos y fuertes que [Jack] Dempsey, [Joe] Louis y [Rocky] Marciano juntos», dijo el analista de box de televisión, Larry Merchant.
«Peleó contra Frazier tres veces, [Ken] Norton tres veces, Liston dos veces, [Floyd] Patterson dos veces, [Jerry] Quarry dos veces, Foreman. Nunca nadie se ha enfrentado a una lista de rivales similar».
Patterson era campeón cuando Ali se hizo profesional, después de ganar la medalla de oro de peso semipesado en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.
Sin embargo, Liston, quien noqueó al talentoso Patterson para ganar el campeonato en 1962 y lo repitió el siguiente año, se convirtió en el primer contrincante significativo de Ali.
En ese momento, Liston –fuerte, grande y despiadado– parecía invencible. Su jab izquierdo era infernal, tenía un gran repertorio de golpes y la mentalidad de un asesino.
Hoy en día, algunos se preguntan si Liston realmente era tan bueno como el despliegue publicitario lo hacía ver cuando se enfrentó a Ali. Muchos, entre ellos el antiguo editor de Ring, Nigel Collins, sugieren que Liston era más viejo de lo que decía y que ya había quedado atrás su mejor momento.
Algunos creen que Liston nació en 1927, en vez de 1932 como está generalmente aceptado. Así que hubiera tenido 36 años en su primera pelea contra Ali.
«La edad de Sonny era todo un misterio», dijo Collins. «Sospecho que era un poco más viejo de lo que decía en su biografía oficial. … The Boxing Register dice que nació en 1932. Puede que sea cierto, pero existen dudas.
«Creo que ya había pasado su mejor momento».
Si creemos que su fecha de nacimiento oficial es la correcta, Liston tenía 31 años y no pudo haber estado muy lejos de la cumbre de su carrera. Su doble demolición del limitado pero sólido Patterson, así lo demostró.
Incluso estando en desacuerdo, es difícil contradecir su récord: 35-1 (con 25 nocauts) y una buena racha de victorias antes de enfrentarse a Ali. Había vencido a 13 de sus últimos 14 oponentes, entre ellos algunos de los mejores peleadores de la época.
Una cosa es cierta: pocos pensaban que Ali (Cassius Clay en el momento) pudiera ganar cuando los boxeadores se enfrentaron por primera vez en 1964.
Cuando lo estaban derrotando, Liston, frustrado, se negó a levantarse de su banco al inicio del séptimo asalto, diciendo que había sufrido una lesión en el hombro; y Ali hizo exactamente lo que tanto había alardeado: había vencido al invencible.
El siguiente año, volvió a superar a Liston en el primer round, producto del «golpe fantasma» que algunos creen que demuestra que Liston perdió intencionalmente.
En cualquier caso, después de eso la gente empezó a tomar en serio a Ali.
«Liston era visto como una fuerza implacable», dijo Merchant. «Algunas personas le encontraban parecido con Joe Louis, pero más grande. Nadie pensó que Ali lo fuera a exponer ante el mundo como un bravucón.
«… [Ali] demostró a los escépticos que era muy bueno».
La época de Ali debe dividirse en dos partes: antes y después de su exilio de tres años por haberse negado a incorporarse a las fuerzas armadas.
En la Parte I, el mundo vio al esbelto y tremendamente rápido Ali pulir su reputación y habilidad contra una gran cantidad de talentosos pesos pesados. Muchos expertos afirman que algunos de los contrincantes a los que se enfrentó Ali en aquel entonces, dominarían en la actualidad.
Entre esos peleadores se encuentran: Henry Cooper, Patterson, Cleveland Williams, Ernie Terrell y Zora Foley; todos veteranos fuertes y bien entrenados con impresionantes récords.
Eran los mejores de una gran época, en la que muchos de los mejores atletas del país preferían el boxeo a los ambientes más seguros del futbol y el baloncesto.
«No fue una época grandiosa, pero sí una época buena», dijo el historiador Bert Sugar, refiriéndose a la primera parte de la carrera de Ali. «Y cabe recordar: casi todos eran negros. En ese momento, muchos boxeadores negros se colocaron en el primer plano.
«Ampliaron el grupo de pugilistas y contribuyeron con su talento».
Collins concuerda con que la Parte I fue buena, aunque no la considera una época grandiosa, lo cual pudo haber beneficiado a Ali.
Quizá fue un grupo perfecto conformado por oponentes sólidos, aunque limitados, que le permitieron al joven Cassius Clay (luego Muhammad Ali) madurar como peleador y mantenerse invicto.
«Puedes analizar el historial de cualquier peleador», dijo Collins. «Sin embargo, también es cierto que estar en el momento oportuno es lo más importante. Ali se enfrentó a muchos de esos tipos en el momento preciso».
Ali pasó la mayor parte del tiempo entre 1967 y 1970 en los tribunales y no en los cuadriláteros, intentando ganar aceptación como objetor de conciencia para permanecer fuera de la cárcel.
Mientras tanto, Joe Frazier, medallista de oro olímpico de peso pesado en 1964, había alcanzado la cima del mundo de los pesos pesados, donde comenzaba a surgir una lista interminable de sobresalientes contendientes, en lo que luego sería «la época dorada».
Para poder llegar a la cima, Frazier (un peleador bajo, de infinita energía y con un gancho izquierdo letal) tuvo que vencer a habilidosos púgiles como Óscar Bonavena, Eddie Machen, George Chuvalo, Buster Mathis, Quarry y Jimmy Ellis. Y así ganó el cinturón que le despojaron a Ali cuando le prohibieron pelear en 1967.
Cuando, en 1971, Frazier peleó por el título contra el excampeón (el primer combate entre estos dos pugilistas), iba 26-0 y Ali 31-0, dos de los mejores boxeadores de peso pesado de la historia; uno con golpes implacables y el otro con un carisma inigualable, y ambos cerca de la cúspide de su carrera.
No nos sorprende que «La Pelea», como se le llamó en ese entonces, haya enloquecido incluso a los fans ocasionales del boxeo.
Ali, tal vez un poco oxidado después de haber pasado tanto tiempo inactivo, perdió la primera contienda por decisión unánime, pero ganó los últimos dos tercios de quizá la trilogía más importante del boxeo.
Y esto fue solo una parte del increíble currículum de Ali.
En la década que conformó la Parte II de su carrera, se enfrentó a una abrumadora cantidad de talentosos pesos completos, cuyos nombres evocan recuerdos de una serie de grandes peleas que, en su mayoría, se transmitieron por televisión.
Quarry. Bonavena. Ellis. Buster Mathis. Patterson. Bob Foster. Norton. Ron Lyle. Earnie Shavers. Foreman. Larry Holmes. Todos peleando al mismo tiempo.
«Ali, Foreman, Norton, Frazier… la lista es interminable», dijo el publicista Bill Caplan, miembro del Salón Internacional de la Fama del Boxeo, quien lleva medio siglo en la industria.
«Podrías nombrar a diez boxeadores que probablemente derrotarían a los principales pesos pesados de la actualidad.
«Eran excelentes pesos completos. Y también había muchos que eran realmente buenos, como Lyle, Shavers y Quarry. Definitivamente esa fue la época dorada de los pesos pesados».
Se cerró el círculo de la carrera de Ali cuando se enfrentó a George Foreman, otro corpulento y violento hombre que conscientemente imitaba la actitud de Sonny Liston.
Como sucedió en su primera pelea contra Liston, a Ali le daban pocas posibilidades de triunfo ante el titánico campeón mundial cuando se enfrentaron en 1974 en Zaire.
Foreman iba 40-0 con 37 nocauts, entre ellos los tremendos nocauts en el segundo round contra Frazier (con el que ganó el título) y Norton. Es probable que ningún otro boxeador de peso pesado haya logrado una racha de tantas dominantes y temibles victorias.
Sin embargo, un boxeador que parecía sobrehumano, se convirtió en la oportunidad más preciada de Ali para que reclamara su derecho sobre el título del mejor peso pesado de la historia.
Ali utilizó el estilo «rope-a-dope», en el que se recargó contra las cuerdas para que Foreman se cansara, y luego lo noqueó en el octavo asalto para sorprender al mundo, de la misma forma en que lo hizo diez años atrás contra Liston.
Ali luego le ganaría a Lyle, Frazier (en la «Thrilla in Manila» o Suspenso en Manila), Norton (en su tercera y última pelea) y Shavers antes de que su destreza comenzara a disminuir significativamente, como resultó evidente en las derrotas contra Leon Spinks y Holmes.
Curiosamente, la división perdió fuerza junto con Ali. Cuando Holmes lo sustituyó como el mejor peso pesado del mundo, de repente se encontró con muy pocos adversarios dignos, en lo que sería una época relativamente sombría para los pesos completos.
En efecto, en 1981, cuando Ali peleó por última vez, se llevó con él la «época dorada» del peso pesado, pero no antes de aprovechar la oportunidad de dejar una profunda huella en la historia del boxeo.
«En retrospectiva, fue un peleador único y un individuo sin igual», dijo Collins. «Hubiera sido campeón y extremadamente famoso sin importar la época en la que hubiera peleado.
«… Y sí, sin duda alguna, tuvo la suerte de haber contado con tantos buenos contrincantes para mostrarle al mundo de lo que era capaz».