Cuando la noticia describió en medios internacionales y nacionales, que unos 185 defensores de la tierra y del medio ambiente habían sido asesinados durante 2015, la lógica del pensamiento humano se disparó en un instante, pues pareció inverosímil reconocer esta causa de crímenes, analizados desde 2002, con un incremento del 60 por ciento en comparación con 2014.
Brasil, Filipinas y Colombia aparecen con más altas cifras y México también presenta muertes por esta causa, según el informe anual de Global Witness.
“En 2015 más de tres personas a la semana fueron asesinadas por defender su tierra, sus bosques y ríos frente a industrias destructivas”, expresa el informe y aunque en República Dominicana matan por robar celulares, o por cualquier cosa, este tipo de crueldad, de ultimar a quienes defienden la casa de todos, la madre tierra, merece, como aquellos, penas muy fuertes.
Resulta entonces que un nuevo escenario cobra el matiz de “terreno peligroso”, en la medida en que semeja “campo de batalla para los derechos humanos”. Se trata de la demanda de minerales, madera, aceite de palma, entre otros, por los cuales gobiernos, empresas y bandas de delincuentes intentan ocupar dichos terrenos, “apropiándose de tierras, haciendo caso omiso de la gente que vive ahí”, tal y como señaló Billy Kyte, encargado de campañas de Global Witness.
Según el informe antes mencionado, el 40% de los asesinados en 2105 eran integrantes de comunidades indígenas. Así pues, aquellos que se oponen a proyectos destructivos del medio ambiente y sus tierras, y a “solucionar las causas subyacentes de la violencia contra los defensores, reconociendo oficialmente los derechos de las comunidades sobre la tierra y combatiendo la corrupción y las actividades ilegales que afligen a los sectores de los recursos naturales”, corren grandes peligros y la pregunta es, sin duda alguna, ¿creerán esos asesinos que la madre tierra soportará la destrucción a la que ha sido sometida? De nada les servirá riquezas y fortunas millonarias, el medio ambiente no perdona a sus detractores.
Morir por defender la tierra
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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