Miles de venezolanos hacían enormes filas en colegios, estadios, bibliotecas y sedes del árbitro electoral para validar las firmas que suscribieron para pedir la activación de un referendo para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro.
El proceso es un paso más en el largo camino que debe recorrer la oposición para que sea celebrada una consulta popular sobre el futuro de Maduro, cuyo mandato termina en enero del 2019 y a quien acusan de llevar al país a una aguda crisis.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, informó hace dos semanas que de las casi dos millones de firmas que recogió la oposición en mayo para convocar al revocatorio, unas 605.000 fueron invalidadas.
Esto generó el rechazo airado de los principales líderes de la oposición, entre ellos del ex candidato presidencial Henrique Capriles, cuya firma fue excluida.
A pesar de la masiva exclusión, quedaron habilitados para validar sus firmas 1,3 millones de ciudadanos de los casi 200.000 necesarios para activar el mecanismo de consulta popular permitido por la Constitución venezolana.
«Estoy en esta cola porque la situación es insoportable, no queremos esta vida para Venezuela», dijo Marina Serrano, una jubilada de 72 años en una larga fila en la ciudad de San Cristóbal, en el occidente del país. «Sufro de artrosis, pero no me importa, estoy aquí sentadita».
La oposición reclamó que el CNE colocó los 128 puntos para validar las firmas en zonas alejadas de las principales ciudades con el objeto de desmovilizar a la población. A pesar de ello y de la lluvia, miles de venezolanos acudían a verificar sus datos filiatorios.
La validación continuará hasta el viernes, luego de lo cual el CNE tiene hasta el 26 de julio para revisar las firmas.
PROCESO LARGO
Según la oposición, el CNE está dilatando el referéndum para que no se realice este año, ya que la Constitución estipula que si Maduro es revocado a partir del 2017 será su vicepresidente quien asuma su mandato y no se realizarían nuevas elecciones.
De proceder la validación, la oposición deberá reunir 3,9 millones de firmas en no más de tres días. En el caso de lograrlo, el CNE tiene 15 días para revisarlas, pudiendo rechazarlas y solicitar nuevas firmas, como ocurrió cuando la oposición intentó revocar al fallecido Hugo Chávez en el 2004.
Si el CNE considera que se ha alcanzado el número requerido de firmas y huellas, debe convocar al referéndum dentro de los siguientes 90 días. Para que el mandato de Maduro se considere revocado deben votar a favor de su salida igual o mayor número de electores de los que lo escogieron en el 2013: 7,5 millones.
La oposición culpa al gobernante socialista de ser el principal responsable de la crisis que sufre Venezuela, con la inflación más alta del mundo, recesión económica y escasez de alimentos y medicinas.
«Quiero que salga Maduro. Ya está bueno de tanto engaño», se quejó María Luisa Caballero, una ama de casa de la ciudad de Maracaibo, en el oeste del país.
Por su parte, el mandatario de 53 años, quien dijo recientemente que el revocatorio no se realizará este año, acusa a sus adversarios de fraguar una «guerra económica» con el fin de sembrar el caos y tomar el poder por la fuerza.
Opositores validan firmas para activar referéndum
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