Muchos medios nacionales e internacionales valoran este día como uno de los más importantes y trascendentales en la historia de la región, en la medida en que el proceso de paz en Colombia favorece a esa propia nación y a todo el continente.
En La Habana comenzaron los primeros contactos con el Gobierno colombiano y el Estado Mayor de las FARC-EP, a fin de lograr entendimientos entre unos y otros. Datos publicados reflejan que desde 1958 hasta 2012 la guerra en Colombia dejó 218 mil muertes y 25 mil desaparecidos de manera forzosa; mientras que en asesinatos selectivos se cuentan unos 173 mil colombianos, la mayoría de ellos a manos de grupos paramilitares de la extrema derecha.
Masacres, dramas de desplazamientos violentos, que desde 1985 superaron los 10 millones de habitantes, quedan finalmente atrás, aún con el triste recuerdo que solo será eso, y como afirmó el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, la “Paz en Colombia es por la tranquilidad de siguientes generaciones.”
Al partir hacia La Habana, el presidente Danilo Medina recordó que en el 2014 “acordamos hacer de América Latina y el Caribe una zona de paz en el mundo”.
Ahora, como editorializó La Jornada, quedan “los escollos más difíciles…como el desarrollo social y agrario, la inserción de las FARC en la institucionalidad democrática y las modalidades de la desmovilización”; sin olvidar “…la permanente y enconada campaña que encabeza el expresidente derechista Álvaro Uribe al proceso de paz o provocaciones desde el propio aparato estatal…” acciones orientadas “a sabotear los pasos finales de la negociación”.
Indudablemente, seguirán a este acto trascendental pasos que definirán lo que tanto ha costado y reverdecerán los laureles que simbolizan la paz. A todas luces, solo la unidad regional y las imprescindibles mesas de diálogos se revierten en resultados como estos.
Paz en Colombia, paz en América
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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