¿Decisión tomada en caliente o pensada y analizada desde hace mucho tiempo? Solo el transcurrir de los días o los meses responderán esa interrogante, lo cierto es que el anuncio del retiro de Lionel Messi de la Albiceleste cayó como un terremoto que opacó el bicampeonato chileno.
“Se terminó la selección para mí; creo que es lo mejor para todos, para mí y para mucha gente que lo desea. Es una decisión tomada. Lo intenté muchas veces (ser campeón), pero no se dio”, señaló frustrado el Messi a los periodistas, luego de salir del vestuario en zona mixta, el domingo.
Fueron pocas las palabras expresadas, pero grandes los cimientos que movieron tras ser lanzadas. Que sea Messi el que diga que “es lo mejor para mucha gente que lo desea” le dio de comer a sus críticos.
Se dirige al periodista que desde siempre lo etiquetó y lo comparó eternamente con Diego Maradona. O a aquel fanático que desde siempre le exigió ganar lo mismo que “el Pelusa”, y que por no lograr ese éxito deseado, fue catalogado de “pecho frío” o antipatriota al no entonar las notas del himno.
“Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar. Encima me toca errar el penal a mí. Era importantísimo para tomar diferencia. Hoy me tocó errar a mí, ya está”, y con ojos vidriosos dejó de contestar.
Erró el primero de los penales y como líder de sus compañeros no se permite una equivocación más. Messi, capitán de la Albiceleste se cansó de perder finales y esta era la cuarta que perdía con Argentina y la tercera en Copas América.
Como último motivo podría estar la dirigencia, la AFA. Desde la muerte de Julio Grondona, la dirigencia no le ha sabido responder a su selección. Sin una cara visible que responda ante tanto caos, Messi advirtió desde el pasado jueves lo molesto que estaba con los dirigentes a través de las redes sociales y dijo que después de la final declararía lo que piensa de ellos. La desazón de la derrota no le permitió decir nada más.
Según Radio Continental, emisora argentina que cubrió el evento, se trató del vestuario más silencioso que haya envuelto a la selección albiceleste en las últimas tres finales perdidas.
En ese ambiente lúgubre y desalentador, al jugador rosarino le tocó tomar una de las decisiones más difíciles para cualquier jugador de fútbol profesional: abandonar su selección nacional.
Hombre de récords
Hace pocos días, Messi celebró haber superado a Gabriel Omar Batistuta como máximo goleador en la historia de su selección.
Ante Estados Unidos en semifinales, el (ex) dueño de la camiseta 10 llegó a 55 goles con una joya de tiro libre que le dio la vuelta al mundo.
Messi, quien sumó cinco anotaciones en esta Copa América Centenario, marcó 26 goles en amistosos, cinco en mundiales (Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014), 16 en las eliminatorias y ocho en Copa América en 112 partidos. Además, conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y fue campeón sub-20 con su selección en el Mundial de Holanda 2005.
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