Reducir mortalidad materno-infantil gran desafío de RD

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Reducir la mortalidad materno infantil en la República Dominicana sigue siendo un gran desafío, debido a que aproximadamente 106 mujeres mueren durante el embarazo, el parto o el puerperio por cada 100.000 nacidos vivos. Mientras que la neonatal es de 25 por cada mil nacidos vivos, de acuerdo a datos oficiales del sistema sanitario del país. Sin embargo, se estima que este número podría ser mayor, dado que muchas causas de mortalidad materna no son reportadas correctamente.
 
En su afán por cumplir con este objetivo del milenio, organismos internacionales han realizado diversos estudios para identificar las causas que provocan estas muertes, entre las cuales están la hipertensión durante la gestación, hemorragias, complicaciones por aborto y las infecciones.
 
De acuerdo al último informe presentado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), titulado “Una oportunidad justa para cada niño en República Dominicana”, Rosa Elcarte, dijo que el Gobierno dominicano tiene como meta concreta reducir la mortalidad “neonatal en un 40 por ciento y reducir la mortalidad materna en un 70 por ciento”.
 
Al parecer esta meta resulta cada vez más difícil de lograr tanto en esta nación como a nivel regional, ya que las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día en las Américas 16 mujeres mueren por complicaciones del embarazo o parto, La mayoría de estos descensos ocurren durante las primeras 24 horas después del parto.
 
Todo estos estudios han llevado a descubrir que la hemorragia es la primera causa de muerte materna en latinoamericana, realidad que pretenden cambiar dándoles acceso a los servicios de salud, con calidad, respetando sus derechos, fortaleciendo al personal médico , equipándolo con tecnologías simples y abordando las barreras geográficas y culturales.
 
Ante esta situación se creó la campaña cero muertes maternas por hemorragias, la cual busca salvar la vida de las madres y evitar las consecuencias de su pérdida para las familias y el desarrollo de los países.
 
El proyecto, que inició en el 2014, moviliza a los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades principalmente como Bolivia, Guatemala, Haití, Perú y República Dominicana, donde la hemorragia obstétrica es el principal incidente en la muerte materna.
 
Pena por mortalidad materna
El destacado ginecólogo dominicano, Víctor Terrero, propuso que sea penalizada la mortalidad materna, y pidió al Colegio Médico Dominicano (CMD), que supervise el trato de los médicos a sus pacientes, tras considerar que las muertes maternas están asociadas, en gran medida, a la actitud del médico ante sus pacientes.
 
El gineco-obstetra sostuvo que no es posible que en lo que va del 2016 se hayan producido 35 muertes maternas, en la mayoría de las cuales se registra deficiencia en el cuidado profesional. “El médico al que se le compruebe debidamente mala práctica en un caso de estos, tiene que ser sometido a la justicia”, enfatizó Terrero.
 
Muerte infantil
En República Dominicana cada día mueren 13 bebés antes de tener 28 días de nacidos, el 80% de estas muertes son por causas evitables. El país ocupa el tercer lugar de las cifras más alta de América Latina, solo Haití y Guyana la superan. Los datos los contiene el informe publicado por Unicef , basados en los resultados de la encuesta de Hogares Enhogar-Mics 2014, donde se entrevistaron 33 mil hogares en todo el país.
 
Las causas de las defunciones en los neonatos son enfermedades infecciosas, prematuridad, infección respiratoria aguda, diarrea aguda, sepsis, meningitis, bajo peso al nacer y cardiopatías congénita.
 
Lamentablemente, la mortalidad materno-infantil es un problema multicausal, por lo que se requiere de la cooperación de los diferentes actores que intervienen en el proceso, a fin de lograr reducir las alarmantes cifras.
 
Es necesario que la mujer embarazada asuma su responsabilidad de acudir puntualmente a sus citas médicas, asimismo, que su doctor realice los exámenes de lugar y brinde todas las atenciones necesarias durante el parto y que el Gobierno ofrezca los recursos económicos suficientes para que no se produzcan descenso por falta de equipos médicos insumos, o medicamentos.