La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) parece tener más de una cara económica, tanto para el viejo continente como para el resto del mundo.
Por tanto, muchos especialistas se cuestionan quiénes se perjudican o benefician con esa partida.
Esa decisión generó una mezcla de señales confusas en torno a la dirección de la economía y de la política de ese país, por lo que puede resultar aventurado decir quiénes son los ganadores de esta decisión.
Algunos financistas anunciaron ganancias millonarias tras apostar a que ese sería el resultado del referendo del pasado 23 de junio.
Fuera del Reino Unido aparecen competidores de la economía británica que verán como buenas noticias los graves indicios de inestabilidad que muestran los mercados. Es importante tener en cuenta que estamos hablando de la quinta economía mundial.
Por otro lado, los expertos no saben predecir qué beneficios económicos obtendrá el 52 por ciento del electorado británico que votó a favor del Brexit,
Una de las señales más contundentes de la preocupación en los mercados británicos es el derrumbe, casi sin precedentes, de la libra esterlina en las primeras horas después del referendo.
Incluso, este elemento parece que beneficia de alguna manera al turismo, tal y como lo reflejan encuestas entre los visitantes extranjeros.
Las empresas que exportan se ven beneficiadas por una divisa más débil ya que sus productos se vuelven más competitivos, según el editor de negocios de la BBC, Kamal Ahmed.
Ahmed agrega que para cualquier empresa con ingresos en dólares, incluyendo a muchas farmacéuticas y petroleras, una caída de la libra esterlina es positiva.
Algunos expertos en finanzas como George Soros hablan de la probabilidad de una libra más debilitada en el futuro. En sí misma, esta devaluación de la libra puede favorecer a ciertos sectores de la economía británica, como el caso mencionado del turístico.
Pero, advierten otros, que tal ventaja podría verse rápidamente cancelada si, por efecto de la devaluación, empieza a aumentar la inflación y suben los costos de producción internos para las entidades británicas.
Los analistas también aprecian que al salir de la UE, el Reino Unido puede poner en riesgo su acceso a un mayor mercado para sus exportaciones.
Esto se afincaría en que aunque más baratas, las exportaciones podrían quedar sujetas a aranceles u otros impuestos de importación para entrar al territorio del bloque.
También advierten que la incertidumbre legal desatada por el Brexit puede hacer que los dueños de muchas de estas empresas con base en el Reino Unido, se vean renuentes a seguir invirtiendo en esas firmas, lo que las debilitaría de cara al futuro.
UN MAR DE CONJETURAS
Si se entiende a la economía mundial como un juego de suma cero, donde la pérdida de uno es necesariamente la ganancia de otro, podría especularse que la caída británica generará ventajas a sus competidores.
Por ejemplo, se dice que Frankfurt (Alemania) puede convertirse en la nueva capital europea de las finanzas si los bancos internacionales empiezan a salir de Londres ante la decisión del referendo sobre la UE.
Razonan que la inminente partida de Londres expande un manto de dudas sobre todo el bloque, comercialmente el más grande del mundo, y por supuesto, que en un Planeta tan conectado, esta decisión afecta a otras naciones, por lejanas que se encuentren del epicentro.
En tanto, el diario londinense Financial Times señaló que varios fondos de inversión de la capital británica, entre ellos Marshall Wace, Odey Asset Management y TT International, apostaron a que el Brexit ganaría, y obtuvieron ganancias sustanciales por su inclinación.
Varios medios británicos reportan que otro director británico de fondos de inversión, Crispin Odey, habría conseguido utilidades de casi 300 millones de dólares para sus inversores, también por apostar por la salida.
Pero las conclusiones están aún muy lejanas, pese a que la partida implica consecuencias que ya se notan, una tormenta económica profunda en el Reino Unido, hasta el punto de vaticinar una próxima recesión.
Y como si fuera poco, la agencia de riesgo crediticio Standard and Poor’s rebajó la calificación de la deuda soberana británica, quitándole la máxima calificación de Triple A, mientras la agencia Fitch redujo la calificación de AA+ a AA, y advirtió que podría bajarla aún más.
Mientras, muchas empresas advierten que pueden revisar sus planes de inversión y empleo a partir de la decisión de abandonar el bloque económico europeo.
Pero lo que realmente se aprecia, en medio de ese mar de inseguridades, es que la incertidumbre sobre cómo será esa separación, lo cual crea un clima poco apropiado para los negocios.
*Periodista de la Redacción de Economía de Prensa Latina.
Brexit, ¿quiénes se benefician o perjudican?
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