Las autoridades estadounidenses intentaban conocer más sobre un exsargento condecorado de los Marines que mató a tres policías en Baton Rouge, Luisiana, unas dos semanas después de que la policía abatió a tiros a un hombre negro, provocando protestas en todo el país.
El sospechoso, vestido de negro y armado con un rifle, fue abatido en la mañana del domingo durante un tiroteo con policías que acudieron al lugar de una confrontación que, según el alcalde Kip Holden, comenzó con una emboscada.
Dos oficiales del Departamento de Policía de Baton Rouge y un ayudante del alguacil fallecieron, mientras que otro estaba en estado crítico. Otro agente y otro ayudante del alguacil recibieron heridas menos graves.
La policía no identificó al sospechoso, pero un funcionario gubernamental dijo a Reuters que se trata de Gavin Long, de Kansas City, Misuri. Se reportó que Long, que era negro, atacó a los agentes en su cumpleaños número 29.
«Es difícil saber cuáles fueron sus motivaciones», dijo el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, a periodistas de la cadena MSNBC el lunes. Agregó que más tarde habría una conferencia de prensa para hablar sobre el atacante.
En declaraciones preparadas para una conferencia ante oficiales negros, la fiscal general, Loretta Lynch, condenó el ataque en Baton Rouge «en los términos más duros posibles» y dijo que se desplazaron agentes del FBI y de otras agencias federales a la ciudad para ayudar a las autoridades locales.
El coronel Mike Edmonson, superintendente de la Policía Estatal de Luisiana, afirmó en una conferencia de prensa que se cree que el agresor actuó en solitario.
No quedó claro de inmediato si hay una relación entre la matanza y la irritación generada por la muerte a manos de la policía de dos hombres negros este mes en circunstancias dudosas: Alton Sterling, de 37 años, en Baton Rouge el 5 de julio, y Philando Castile, 32, cerca de St. Paul, Minnesota, un día después.
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