Los suministros médicos se estaban acabando en el sitiado sector rebelde de Alepo, mientras las víctimas seguían llegando a los deteriorados hospitales en el cuarto día de un asalto total respaldado por Rusia, que hizo caso omiso a los reclamos occidentales para que detenga la ofensiva.
La operación del Gobierno sirio para recapturar todo Alepo, con apoyo aéreo ruso y de Irán sobre el terreno, está acompañada por bombardeos que según los residentes no tienen precedentes por su ferocidad.
Unos 250.000 civiles siguen atrapados en el cercado sector controlado por la oposición en la mayor ciudad de Siria. Desde la noche del jueves se ha reportado la muerte de cientos de personas, incluidos decenas de niños, en un ataque que incluyó potentes bombas antibúnker que derriban edificios enteros sobre las personas que se ocultan dentro.
Estados Unidos calificó como una «barbarie» las acciones rusas en apoyo del presidente Bashar al-Assad. Moscú niega que esté matando civiles y asegura que la retórica occidental puede dañar las posibilidades de solucionar el conflicto.
«Los hospitales de la ciudad de Alepo están saturados de gente herida (…) Se están empezando a acabar las cosas», dijo Aref al-Aref, un trabajador médico que habló desde Alepo. «No podemos traer nada (…) ni equipos ni personal médico. Hay personal médico en el campo, incapaz de llegar por el sitio», agregó.
Los países occidentales aseguran que Rusia puede ser culpable de crímenes de guerra por tener como objetivo a médicos y suministros humanitarios. Moscú y Damasco afirman que solo están bombardeando a militantes. Videos procedentes de Alepo han mostrado a muchos niños siendo rescatados de las ruinas de edificios derribados.
Bebars Mishal, un trabajador de defensa civil en la zona de Alepo controlada por rebeldes, dijo que los bombardeos nocturnos continuaron hasta las 6.00 hora local (0300 GMT).
«Es la misma situación. Especialmente en la noche, los bombardeos se intensifican, se tornan más violentos, usando todo tipo de armas y bombas de racimo», dijo Mishal a Reuters. «Ahora, sólo hay un helicóptero, y sólo Dios sabe dónde van a bombardear. Dios sabe qué edificio colapsará», sostuvo.
Hospitales están superados por heridos en Alepo
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