Las autoridades turcas detuvieron a 120 agentes de policía el viernes y emitieron órdenes de captura para otros 46, informaron medios, ampliando la duras medidas lanzadas tras el fallido golpe de estado de julio.
La operación se centró en las sedes de la policía en Estambul, pero hubo redadas simultáneas en otras 35 provincias, en busca de gente que utilizó la poco conocida aplicación de mensajería ByLock, dijo la agencia estatal Anadolu.
El presidente Tayip Erdogan culpa del golpe a los seguidores del clérigo Fethullah Gulen, exiliado en Estados Unidos, un aliado de Erdogan que acabó convirtiéndose en enemigo y que ha negado su participación.
La agencia privada Dogan dijo que estos detenidos y los buscados por la policía incluían a 13 jefes de policía, 114 agentes de alto rango y 39 agentes regulares.
Unas 32.000 personas han sido encarceladas pendientes de juicio durante la operación tras el golpe, mientras que unos 100.000 miembros de servicios civiles y de seguridad, profesores universitarios y otros han sido despedidos o suspendidos de sus trabajos.
Los aliados occidentales de Turquía en la Unión Europea y la OTAN ha mostrado su preocupación de que inocentes sean incluidos en las investigaciones, que los críticos han descrito como una purga.
Ankara dice que seguidores de Gulen organizaron el golpe para derrocar al presidente y tomar control del país.
En el golpe participaron tropas que pilotaron aviones de guerra para bombardear el Parlamento y usaron tanques en operaciones que causaron la muerte de 240 personas, muchas de las cuales eran civiles.
Turquía ordena detener a 166 policías por golpe fallido
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