Los humanos tenemos nuestro propio poder y fuerza interior, pero, hay una inclinación a no despertar, lo peor a no escuchar el consejo para despertar, aplicar la naturaleza. Cuando nos damos cuenta del mal, despertamos, nos impulsamos y nos realizamos. La escasez despertó nuestro espíritu desde los años mozos, hoy octogenario contamos el bien. Vivir, amar
El avaro tiene un vicio interior que lo domina e impulsa a buscar, tener más, y se esclaviza, ya pertenece a sus teneres innecesarios.
En las obligaciones públicas tener el corazón lleno de valor, gran humildad, fe, paz, alegría en la presencia de Juan Pablo Duarte. Aplicar sus doctrinas, sabiendo ser servidor en todo y para todos y todas, es realización dejar cariño y entusiasmo al terminar la función del cargo público.
Estamos viviendo rutinarios cambios que durante la adaptación, realmente, que no sufríamos durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Se violan las leyes de tránsito, se desentienden del rijo del semáforo, no se lee pare y apuran en alta velocidad causando muertes, por no haber inspectores de carretera. A los asesinos del volante se le debe quitar de por vida el permiso para manejar y en la cárcel estar. Salir del hogar es el riesgo de no regresar.
Ciudadanos no acatan la vida que regula la Constitución, imitando a los políticos que hacen con el presupuesto lo mejor para ellos. Vimos 52 millones para habichuelas con dulce y no hay quien les recuerde que se repudia que sean como dice el sabio refrán popular: viven como chivos sin ley, están exentos de ser regularos, obedientes al proyecto dormido, con carcoma, ley de partidos políticos y son como lees miraba y decía su colega honorables.
Nuestra óptica observa la ausencia de las leyes superiores a las de los hombres, completamente negando su propia naturaleza. Si se amara a los demás como uno se aman, la vida no sería un constante desafío en sufrimientos y se dejaría de ser un solitario en la comunidad. La soledad enjaula al egoísta, en realidad por más riqueza que se tenga, más se necesita del otro ¿Quién lo cuida durmiendo y despierto? Ahí está latente la ley intrínseca de la naturaleza, no somos solos. Si se une, elimina el desorden interior, el exterior sería hermandad universal.
Como estoy con frecuencia en el pasado en Cannes, Francia, a bordo del Yate Moinau (1953), el propietario Ing. Don Félix Benítez Rexach , quien construyó los muelles de este país, poseedor de una gran riqueza en dólares, pero, una superior era la que lo hacía feliz, así yo lo veía, sumamente sencillo, conversador sin mirar raza y posición socioeconómica. Sus actuaciones con los obreros era de un hombre que se conocía, su yo estaba ilustrado en el arte, conocimientos para vivir. Cultura bastitiana. Una tarde yo leía en su bitácora en Villa Baggatelle, entra y me pregunta que estás leyendo. Don Félix, he comenzado a leer a Bossuet Meditaciones sobre el evangelio, oiga. El misterio de la cruz fue predicho por Jesucristo, pero sus apóstoles no lo comprendieron lo que cuesta seguir a Jesús hasta la cruz. Cuando se acerca la hora de Jesús, él va voluntariamente a Jerusalén, donde él sabe que ha de morir, y así lo declara a sus apóstoles. Al yo detenerme por el punto, don Félix dice, déjame leer si recuerdo, hablando en francés como yo leía. Me parece que él continuaba la lectura que yo seguía en silencio. Para mí era increíble, el párrafo entero lo explica y me dice, cuando termines con Bossuet, ahí tienes a Rosseau con contrato social y a Montesquieu, léelo, me explicas, vamos a leer si también recuerdo. Esa lectura era su vida, por eso su sencillez y natural conversación, esa comunicación con los demás era un conocimiento del ser humano entre los humanos. Por eso lo recuerdo, con él y el capitán Percival aprendí lo que era la vida. Vivir junto a los demás.
Nuestro invitado de hoy, Horacio: Quienes cruzan mar cambian de cielo, pero no de alma.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
Meditabundo. Cortos
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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