Seúl.- Medio millón de personas abarrotaron este sábado el centro de Seúl para festejar la inhabilitación de la presidenta Park Geun-hye por el escándalo de la «Rasputina coreana» y exigirle que dimita de inmediato por este caso que ha indignado al país.
Por séptimo sábado consecutivo, la avenida de Gwanghwamun fue tomada por una marea humana equipada con velas eléctricas, pancartas, altavoces y todo tipo de artilugios satíricos -como máscaras, marionetas o muñecos hinchables gigantes- dedicados Park y a su amiga Choi Soon-sil, bautizada como «presidenta en la sombra».
La concentración estuvo marcada por un ambiente más festivo que las anteriores gracias al cese provisional de la presidenta aprobado en la víspera por el Parlamento, aunque esta decisión no ha sido suficiente para detener la ola de rechazo ciudadano contra Park.
«He venido para mostrar mi felicidad y mi alivio, pero todos sabemos que esto aún no ha terminado», dijo a Efe Kim A-reum, una manifestante de 28 años que acudió por tercera vez a una de estas concentraciones acompañada de un grupo de amigos.
La capital surcoreana ya fue escenario en la víspera de celebraciones y brindis improvisados tras conocerse el cese de Park, pero muchos surcoreanos como Kim consideran que la debilitada presidenta debería «abandonar ya el cargo» y asumir su responsabilidad.
La decisión de la Asamblea Popular supone la suspensión automática de las funciones de Park, y para que su destitución sea efectiva se requiere el visto bueno del Tribunal Constitucional, un proceso que podría alargarse hasta seis meses.
El control del gobierno queda provisionalmente en manos del primer ministro, Hwang Kyo-ahn, hasta que la máxima instancia judicial del país asiático dé su veredicto final.
Desde que los medios surcoreanos sacaran a la luz la trama de influencias a alto nivel de la que se benefició supuestamente la amiga de la presidenta, Park ha pedido disculpas públicas en tres ocasiones, y ha prometido que dimitirá antes de que acabe su mandato.
Choi está acusada de haber intervenido en asuntos de Estado a pesar de no ostentar cargo público y haber extorsionado a empresas para obtener cuantiosas sumas de dinero que se habría apropiado parcialmente, entre otros cargos.
El hundimiento político de Park -las encuestas señalan un rechazo popular del 96 por ciento- responde en gran parte a la extendida idea de que la jefa de Estado delegó parte del control del país a Choi, hija del controvertido líder de una secta religiosa que fue mentor de Park Geun-hye en su infancia.
Los fiscales señalaron a Park como «cómplice» de su amiga, actualmente en la cárcel, aunque la jefa de Estado ha hecho uso de su inmunidad para negarse a ser interrogada.
La fiscalía tiene previsto anunciar el domingo los resultados de su investigación sobre el caso, que incluirá detalles sobre los delitos presuntamente cometidos por Choi y por una serie de altos cargos del Ejecutivo y asesores de la oficina presidencial también implicados en la trama.
La protesta de hoy reunió a unas 500,000 personas según la plataforma de organizaciones convocantes, y al igual que todas las anteriores, se desarrolló de forma pacífica y sin que las autoridades informaran sobre incidentes destacables.
Otras 87 ciudades del país, entre ellas Busan, Gwangju o Chuncheon, también acogieron hoy concentraciones multitudinarias.
La anterior concentración, celebrada el día 3, reunió a 1,7 millones de personas, en la que ha sido considerada la mayor protesta en la historia reciente del país
Los surcoreanos festejan el cese presidenta por el caso «Rasputina»
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