En esta larga travesía (89 veranos) la experiencia tiene el cuidado de mantener en armonía cuerpo, mente y alma. Dios está ahí. Y el alma ejerce la razón:
Cuídate del hablar de ti, algo desea.
Las ansias son del tiempo, lo inmediato es débil.
Si puedes y no ayuda al enfermo. Lo abandona a morir.
Trataba al subalterno como deseaba nos tratara el superior.
El repudio suelta la lengua, el silencio ama.
En la senectud hay más tiempo para aprender.
¿Qué no es bueno perdonar?
Si trata de hacer lo bueno y no resulta. Paciencia el tiempo te dirá.
La visión se nutre de la persistencia en el amar.
Si te realiza, es lo que hiciste.
Si persiste en el bien, todo es posible.
Lo que necesita, trabájalo.
Si te conoce a ti mismo, eres bueno.
Eres lo que hiciste.
Si no sonríes, cuestiónate.
Si estuviste en el poder de decisión y no tienes nada ajeno, eres poderoso, lo tiene todo.
Si tu mar es la virtud, navega sin tormenta.
La pobreza tiene la riqueza de no tener ni desear lo innecesario.
En la mocedad obedecía valorando los consejos, en la senectud más los atesoro, nada necesito.
Pienso más en la patria que en mis hijos-a, son de la patria.
El perverso ignora las leyes y es millonario. El obediente paga impuestos y es pobre.
La medida es felicidad, nada se daña.
Me duermo con el libro abierto, estoy en paz, no cansado.
Cuando no encuentro un libro. Sonrío, lo he prestado.
Si todos están de acuerdo conmigo. Me cuestiono, algo anda mal.
Nuestra invitada de hoy: Gabriela Mistral. El servil no es faena de seres inferiores. Dios que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamarse así: el que sirve. Y tienes sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día ¿serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
Meditabundo: Nuestro interior
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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