La Casa Blanca subrayó este jueves que el fin de la política de «pies secos/pies mojados» para los inmigrantes cubanos está incluido en un acuerdo bilateral con Cuba, y recordó al presidente electo de Estado Unidos, Donald Trump, que la «tradición» de la historia presidencial consiste en respetar ese tipo de pactos.
«Este cambio de política ha quedado codificado en un acuerdo ejecutivo entre el Gobierno de EE.UU. y el de Cuba», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia de prensa diaria.
«Hay una tradición de que los presidentes subsiguientes observen y se adhieran a los acuerdos ejecutivos hechos con otros países por el anterior presidente, a no ser, por supuesto que se tome una decisión específica de cambiar la política» hacia ese país, añadió Earnest.
El portavoz del actual presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró, además, que la Casa Blanca informó al equipo de transición de Trump sobre el cambio en la política migratoria hacia Cuba «poco antes de que se hiciera público» este jueves.
No obstante, no quiso caracterizar la reacción del equipo de Trump, quien tampoco ha emitido hasta ahora ningún comentario sobre el cambio.
Earnest reconoció que, cuando Trump llegue al poder, el 20 de enero, «podrá ejercer toda la autoridad ejecutiva de la Presidencia», pero aseguró que hay «motivos convincentes para seguir normalizando las relaciones» con Cuba.
Obama puso fin este jueves a una política ejecutiva adoptada en 1995 que devolvía a Cuba a los cubanos indocumentados que interceptaba en el mar («pies mojados»), pero admitía en EE.UU. a los que lograban tocar tierra («pies secos»), quienes podían solicitar la residencia permanente un año después de su llegada.
La Casa Blanca ha justificado el cambio, reclamado desde hace años por el Gobierno cubano, por la necesidad de «igualar» su política migratoria hacia Cuba con la que mantiene hacia otros países.
El Gobierno de Obama también ha reconocido que el auge en el número de cubanos que llegaban a EE.UU. ha sido un factor en su decisión: durante el último año fiscal, unos 54.000 cubanos se beneficiaron de esa política, según datos de la Casa Blanca, y su éxodo creó crisis migratorias en varios países latinoamericanos.
Trump ha amenazado con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba a no ser que el Gobierno cubano firme con él «un acuerdo mejor», pero algunos expertos consultados por Efe tras su victoria electoral en noviembre consideraban que podría interesarle poner fin a la política migratoria con la que ha acabado Obama.
«A él (Trump) no le gusta la inmigración sin restricciones, y eso es lo que permite esta política», dijo a Efe en noviembre el abogado experto en la legislación estadounidense respecto a Cuba Robert Muse.
CB espera Trump respete cambio política migratoria Cuba
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