La policía controló una nueva revuelta en una prisión del noreste de Brasil donde 26 internos fueron asesinados por una facción rival el fin de semana e interrogó a cinco líderes que cree ordenaron el derramamiento de sangre, dijeron autoridades.
Un equipo SWAT ingresó al lugar antes del mediodía «para controlar la situación», dijo Eduardo Franco, portavoz de la policía del estado de Río Grande do Norte, donde está la prisión.
Imágenes de televisión mostraron a reos en los techos de al menos dos alas de la prisión de Alcaçuz sosteniendo cuchillos. La policía sostuvo que el equipo SWAT recuperó el control del sitio ocupado por los miembros de la mayor banda de narcos del país, que hasta el atardecer se habían negado a entregar las armas y permitir el acceso de los agentes de seguridad.
La policía ubicó e interrogó a cinco de los prisioneros que se cree lideraron la revuelta del fin de semana y mataron a miembros de un cartel rival. Los reos serán transferidos a otras prisiones, cuyos lugares no fueron revelados.
Los hechos se dieron en la misma prisión, situada a unos 25 kilómetros al sur de la capital estatal Natal, en que miembros del cartel de drogas más poderoso de Brasil -el Primer Comando de la Capital (PCC)- asesinaron a otros 26 internos en una revuelta que comenzó a última hora del sábado y no fue controlada hasta el domingo.
Al igual que en otros levantamientos registrados últimamente, muchos de los que murieron tenían sus cabezas cortadas y estaban severamente mutilados y quemados. Al menos 140 internos fallecieron en prisiones en Brasil en las últimas dos semanas.
La violencia es el resultado de una separación entre el PCC y la segunda pandilla más poderosa de Brasil, el Comando Rojo.
Policía brasileña recupera control de cárcel donde murieron 26
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