El virus del Zika puede transmitirse sexualmente a través del semen, y un nuevo estudio con ratones podría ayudar a explicar el motivo de que esto ocurra, y cómo el virus podría dañar a la fertilidad masculina.
En una investigación de laboratorio, el Zika atacó a los testículos de los ratones, dirigiéndose a células que producen la hormona masculina testosterona, y al final hizo que los testículos se encogieran, dijeron los investigadores.
Esos hallazgos «explican la persistencia del virus en el semen», señaló el Dr. Amesh Adalja.
«Si esos hallazgos se sostienen en los humanos, las consecuencias a largo plazo podrían incluir una fertilidad más baja en los varones infectados con el Zika», dijo Adalja, experto afiliado en el Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins, en Baltimore. Adalja no participó en el estudio.
Por lo general, el Zika se transmite a través de las picaduras de los mosquitos, pero los investigadores han averiguado que el virus también se puede transmitir a través del semen de un hombre. Como resultado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. aconsejan a los pacientes varones con Zika que usen un preservativo durante las relaciones sexuales durante al menos seis meses tras la infección.
La epidemia del Zika comenzó hace casi dos años en Brasil. Desde entonces se ha propagado por América del Sur y Central y el Caribe, provocando graves defectos congénitos en miles de bebés nacidos de mujeres infectadas con el virus durante el embarazo.
El efecto congénito más común ha sido la microcefalia, que provoca una cabeza y un cerebro anómalamente pequeños. Han surgido problemas sensoriales y neurológicos más sutiles a medida que los médicos estudian a esos bebés durante periodos más largos.
Como el Zika se puede transmitir por el semen, los investigadores plantearon la hipótesis de que el virus podría replicarse en los testículos, comentó el autor líder del estudio, Ryuta Uraki, asociado postdoctoral en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.
Para evaluarlo, Uraki y sus colaboradores infectaron a ratones machos con el Zika y monitorizaron la presencia del virus en distintos tipos de células.
Encontraron que incluso después de que el Zika desapareciera de la sangre, el virus seguía replicándose en unas células testiculares llamadas células de Leydig, que producen testosterona.
Los investigadores también encontraron unos niveles altos de material genético del Zika en el epidídimo, un estrecho tubo que ayuda a llevar el esperma recién producido al líquido seminal del macho.
La infección con el Zika encoge los testículos de los ratones
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