COOPERSTOWN, Nueva York.- Antes de sentarse en la galería donde se exhiben las placas de los miembros del Salón de la Fama para atender a la prensa. Iván Rodríguez se mostró maravillado al mirar las efigies de bronce de los mejores beisbolistas de la historia.
«Éste es mi nuevo hogar», exclamó Rodríguez el martes. «Pienso que es un honor tan sólo ser parte de esta familia, porque creo que todos los miembros del Salón de la Fama somos una familia».
En el primer año en que su nombre apareció en las papeletas de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA), Rodríguez obtuvo el 76% de los votos.
Es el segundo cátcher que arriba a Cooperstown en su primer año de elegibilidad, con lo que se unió a su ídolo de la niñez, el exastro de Cincinnati Johnny Bench.
Además, Rodríguez será el cuarto boricua en el recinto de los inmortales.
Seis semanas después de su elección, Rodríguez y su esposa Patricia realizaron por el Salón de la Fama el recorrido al que se acostumbra invitar a los nuevos miembros, como preparativo para el fin de semana en que se les exalta formalmente.
En 21 temporadas, principalmente con los Rangers de Texas, el receptor de Manatí fue elegido 14 veces al Juego de Estrellas y ganó en 13 ocasiones el Guante de Oro.
Ostenta los récords de las mayores en encuentros como receptor (2.427) y outs por parte de un cátcher (12.376). En nueve ocasiones, lideró la Liga Americana en tiros para evitar que los rivales realizaran robos.
De por vida, tuvo un promedio de .296 con 311 jonrones y casi 2.900 hits. Fue elegido el Jugador Más Valioso de la Americana en 1999.
«Pudge» Rodríguez atribuyó sus virtudes defensivas a la disciplina.
«Creo que sólo me preparé», comentó. «Hablo de que bloqueé miles de lanzamientos, hice miles de tiros a segunda, traté de lanzar la pelota al costado derecho de la base. Creo que todo eso es el motivo por el que tuve una gran carrera a la defensiva.
Y eso es lo que siempre les digo a los chicos, ‘asegúrense de tener disciplina, porque pueden tener capacidad, pero si no tienen disciplina y si no trabajan en lo que tienen que hacer, va a ser difícil conseguir el éxito en su carrera'».
Durante la visita al Salón de la Fama, varios objetos trajeron a la memoria momentos especiales de la carrera de Rodríguez. La pelota que Justin Verlander le lanzó en 2007 para completar un juego sin hit como su compañero de batería. El jersey que Rodríguez usó con los Astros en 2009, cuando rebasó a Carlton Fisk como el jugador con más encuentros como receptor. El peto que empleó en 1998. El bate con el que sacudió su 35to jonrón en 1999.
«Éste ha sido un día especial, seguro, tan sólo por ver todos los uniformes, equipos y placas que hay acá», destacó. «Es un sueño ver el lugar donde estará mi placa en julio y poner mi firma donde debe ir».v Serán exaltados también Jeff Bagwell y Tim Raines en la ceremonia del 30 de julio, junto con el excomisionado de las mayores Bud Selig y el vicepresidente de Atlanta, John Schuerholz, quien fue gerente general de los Bravos y de los Reales de Kansas City.
Iván Rodríguez visitó el Salón de la Fama en Cooperstown
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page