España ha entregado este jueves a Colombia a Héctor Albeidis Arboleda Buitrago, de 41 años, alias el Enfermerode las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),detenido en 2015 en Madrid acusado de haber practicado 300 abortos forzadosy en condiciones infrahumanas a guerrilleras como medio para no perderlas como instrumento de guerra entre 1998 y 2004. También le acusan de dejar morir a al menos tres recién nacidos, hijos de combatientes indígenas, a las que se castigaba con trabajos forzados por haberse quedado embarazadas.
El Gobierno acordó conceder la extradición a finales de enero, respondiendo a la solicitud de Colombia presentada en marzo de 2015. La fiscalía colombiana ha confirmado que el Enfermero de las FARC ya ha llegado a Bogotá y que ha sido sometido a un examen médico antes de ser ingresado en una prisión del país.
Según informa el Ministerio de Justicia en enero, Arboleda Buitrago, que tiene nacionalidad colombiana y española, será juzgado en Colombia como presunto responsable de los delitos de homicidio, homicidio en grado de tentativa, aborto sin consentimiento y asociación ilícita por los hechos cometidos entre 1998 y 2004 en los departamentos de Antioquia, Risaralda, Caldas y Chocó.
Participó en numerosos abortos forzados practicados en condiciones infrahumanas a cientos de guerrilleras indígenas menores de edad, muchas de ellas violadas por sus superiores. Algunas fallecieron poco después al no recibir los tratamientos adecuados y la mayoría eran obligadas a abortar en contra de su voluntad bajo amenazas de ser fusiladas.
Las mujeres, entre las que se encontraban más de 50 niñas indígenas de la comunidad Zabaleta del Chocó que habían sido reclutadas de manera forzosa, eran víctimas de violaciones por parte de los miembros de la organización y después obligadas a abortar, hasta en el séptimo y octavo mes de embarazo, bajo la amenaza de fusilamiento si se negaban.
Según el testimonio de al menos 19 víctimas, Arboleda,conocido con los alias de El Enfermero, el Médico, El Mono, El Zarco, Arbey o Norbe, supuestamente practicaba los abortos sin anestesia ni instrumental quirúrgico, y en condiciones de absoluta falta de higiene, lo que muchas veces ocasionaba infecciones a sus víctimas.
Algunas de sus intervenciones se realizaron en camillas de palo cubiertas con hojas, o en cuartos de hotel sobre camillas improvisadas en las que amarraba a las mujeres con plásticos de llantas. Otras veces, aseguran las mujeres que le reconocieron en fotografías, hacía los abortos en cadena sobre hojas de helecho y hierba seca sin siquiera limpiar la sangre y retirar los restos de los fetos.
La mayor parte de estas intervenciones las llevó a cabo entre los años 1998 y 2000 en los frentes 47 y 9 de las FARC, a raíz de una directiva del Estado Mayor de las FARC en la que se decretaba que se podía castigar con el fusilamiento a las guerrilleras que se negaran a que les practicaran interrupciones del embarazo para no perderlas como instrumento de guerra.
La Audiencia Nacional confirmó en diciembre su entrega a Colombia porque «no cabe duda» de que forzó los nacimientos y se «desentendió» de los bebés hasta «que dejaron de respirar». Además apuntó que con los abusos, causó «terribles padecimientos» físicos, psicológicos y morales a las víctimas.
España entrega a Colombia ‘médico’ FARC forzó 300 abortos
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