El rice and beans, el patí, el rondón, el pan bon, las cajetas de coco o cocadas, el pollo negro, el agua de sapo y el particular sabor del aceite de coco al cocinar estos platillos serán analizados por primera vez en el país para ver qué rol juegan en la salud cardiovascular de los limonenses.
Este es el objetivo de un estudio liderado por la costarricense Hannia Campos. Ella es doctora en Salud Pública, fue investigadora y educadora de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y en este momento lleva la batuta en el nuevo Centro de Investigación e Innovación en Nutrición y Salud (Cinit), de la Universidad Hispanoamericana.
Aunque los resultados se conocerán en un largo plazo debido al proceso que conlleva el trabajo, la investigación está dando sus primero pasos. Por ejemplo, el equipo ya elaboró un cuestionario y contactó a unos 30 especialistas en comida limonense para definir con exactitud cuáles son los platillos más consumidos en el Caribe y su verdadera forma de prepararlos.
También se enroló a gente que domina el inglés criollo limonense para que puedan ser facilitadores y traductores.
La investigación contará con financiamiento de Stuart Watson, un particular interesado en este tema.
Corazón. En el 2014, último año del que hay datos, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportó 402 hospitalizaciones por males cardíacos en el Hospital Tony Facio de Limón. En el 2015 hubo 384 fallecimientos por esta causa en esa provincia costera.
A nivel nacional las estadísticas hablan de que unas 5.000 personas fallecen cada año por problemas cardíacos. Esto daría un promedio de 13 diarios.
Saber si la dieta que se consume en Limón implica un riesgo o, por el contrario, protege el corazón, es una de las metas con este estudio.
Aparte de la comida, los investigadores también analizarán cómo podría impactar el nivel de actividad física de los limonenses y otros hábitos, no solo en la incidencia de infartos, sino también en niveles de diabetes, hipertensión y obesidad.
Nunca se ha explorado científicamente la dieta limonense. Casi todos los estudios elaborados en Costa Rica se han enfocado en el Valle Central o en Guanacaste, este último sitio por tener una zona azul (lugar de alta longevidad), pero no en el Caribe, explicó Campos.
