La inflación británica se mantuvo estable en marzo debido a una fecha posterior en el calendario de la Semana Santa este año, lo que hizo caer las tarifas aéreas, y a un descenso de los precios globales del petróleo, pero la presión sobre los hogares parece que volverá pronto.
Los precios al consumidor subieron en marzo en Reino Unido un 2,3 por ciento comparado con el año anterior, dijo el martes la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés), en línea con la previsión de analistas en un sondeo de Reuters.
La inflación se aceleró en los últimos meses, impulsada la debilidad de la libra desde la decisión tomada el año pasado por los británicos de salir de la Unión Europea y por un aumento de los precio del petróleo, que ha impulsado la inflación también en otros países.
Previamente el martes, un grupo que representa a minoristas británicos dijo que los compradores en Reino Unido redujeron su gasto a principios de 2017, cuando el costo de los productos esenciales subió.
Los datos de la ONS mostraron que los precios de los alimentos subieron un 1,2 por ciento interanual en marzo, su mayor incremento en tres años.
Confrontados con la dura perspectiva para los consumidores, la mayor parte de los responsables del Banco de Inglaterra han señalado que no ven urgencia en aumentar las tasas de interés, incluso si, como predijeron, la inflación subirá al 2,8 por ciento en el periodo de un año.
Las cifras de la inflación de marzo se vieron lastradas por una caída de las tarifas aéreas, lo que marca un fuerte contraste con la subida de más del 20 por ciento que registraron en el mismo mes del año pasado en el que se situó la Semana Santa.
Los economistas dicen que el impacto de la caída de la libra en la inflación se sentirá aún más en los próximos meses. Muchos esperan que el IPC alcance el 3 por ciento, antes de empezar a caer.
Inflación británica se mantiene estable en marzo
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