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La importancia de la conexión entre mente y cuerpo…

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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¿Te ha pasado que cuando realizas abdominales te duelen otras partes del cuerpo como el cuello o la espalda? o, ¿que al hacer sentadillas sientes la tensión en las piernas y no en los glúteos que son los que se deberían estar fortaleciendo?
 
Si esto ocurre es porque hay una desconexión de la mente con el cuerpo. Es muy probable que cuando estés ejecutando estos ejercicios, tu mente no esté enfocada en lo que estás haciendo, sino en problemas del trabajo o situaciones ajenas al momento. Lo que pasa aquí, es que la ejecución motora no es acorde a la emisión neural, ocasionando no solo que el movimiento resulte ineficiente, sino también que desperdicies tu energía.
 
Cuando hacemos ejercicio, es importante enseñarle al cuerpo de forma consiente a conectarse con la mente para lograr un movimiento inteligente y eficiente. Se trata de aplicar la ciencia de la comunicación en el entrenamiento.
 
Somos una bella máquina que debe aprenderse a conducirse, con el fin de aprovechar mejor las energías y buscar la eficiencia mediante la conexión o comunicación asertiva corporal. Es un juego de mente-respiro-pienso-ejecuto-movimiento muscular. ¡Una unión de nuestras partes!
 
Para realizar lo anterior, es necesaria la concentración y reconocimiento de nuestro cuerpo o lenguaje corporal. Sin esto, sería como hablarle a una pared y el entrenamiento resultaría plano, sin propósito y sentido alguno. Cuando se logra esto, esa comunicación se traduce en el control mental de tu cuerpo.
 
En el momento en que logras que el cuerpo le haga caso a tu mente en plena consciencia, creas un entendimiento de la corporalidad que se trae equilibrio. Esto traerá grandes beneficios a la hora de realizar funciones motoras básicas del día a día como subir escaleras sin que duelan las rodillas, sentarse activando el abdomen de manera adecuada para que la espalda no se vea afectada, o llegar al piso y volverse a levantar sin sentir que el cuerpo es más pesado de lo que se puede cargar. Además, te brindará mayor resistencia para completar las largas jornadas laborales.
 
Esto también será la fuente de bienestar mental y control ante la solución de problemas cotidianos porque el cuerpo aprende a trabajar en pro de lo que quieres, permitiéndote alcanzar objetivos en corto tiempo y con mayor satisfacción.
 
Nacimos para movernos. Si estuviéramos hechos solo para pensar, ir al trabajo, llegar a casa y hacer otros pequeños menesteres, tendríamos una gran cabeza y dos pies para realizar lo estrictamente necesario. Pero así no somos y lo negamos permitiendo que el sedentarismo predomine en nuestras vidas, o comportándonos de manera indiferente ante la mejor máquina biomecánica y bioquímica que nos ha sido dada. ¡ Y ni siquiera sabemos hablarle!

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