Ginebra.- El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, buscará esta semana un avance político en la nueva ronda de negociaciones de paz en Ginebra que dé perspectivas de éxito a la implementación de las zonas de seguridad y de distensión en el país árabe.
«Ninguna reducción de la violencia se mantendrá si no hay un horizonte político concreto en una dirección o en otra», dijo el mediador en una rueda de prensa la víspera de que comience la sexta ronda de diálogo político en la ciudad de Calvino.
De Mistura se refería al hecho de que Rusia e Irán -aliados del Ejecutivo de Siria- y Turquía -valedora de la oposición- firmaron el pasado 4 de mayo en Astaná un acuerdo para reducir las hostilidades en cuatro zonas del país.
Estas zonas de distensión han sido identificadas, pero aún no delimitadas, a la espera que los tres países garantes se pongan de acuerdo sobre cómo protegerlas para que sean realmente efectivas.
Según el memorándum de entendimiento firmado en la capital kazaja, los tres poderes garantes serán los responsables de la seguridad en dichas zonas, aunque específica que «terceras partes» podrían desplegarse si las tres potencias así lo acuerdan.
El mediador dijo sobre esta posibilidad que cualquier tipo de decisión al respecto debería ser tomada por el Consejo de Seguridad de la ONU y que él se limitaría a analizarla.
Sin embargo, el Gobierno sirio ha dejado claro que será la policía militar rusa la encargada de supervisar las zonas de seguridad y rechazó claramente la posibilidad de un contingente internacional bajo el auspicio de la ONU.
A pesar de que el mediador tiene como objetivo obtener un resultado tangible en esta nueva ronda, De Mistura no quiso ahondar en qué consistiría un eventual fruto de las negociaciones y pidió esperar hasta el final del proceso -el viernes o tal vez el sábado- para poder hablar de ello.
Los implicados tendrán sobre la mesa una agenda acordada al final de la cuarta ronda por las partes con cuatro grandes ejes.
Los cuatro pilares son la creación de un Gobierno creíble, inclusivo y no sectario; un calendario y proceso para la elaboración de una nueva Constitución; unas elecciones libres y justas supervisadas por la ONU, y la lucha antiterrorista, la gobernanza de seguridad y medidas de creación de confianza.
Insistió en que pretende dar un tono «de reunión de negocios» o de pragmatismo a los encuentros y para ello ha organizado reuniones más a menudo, con menos participantes y, a ser posible, más interactivas y con un tema concreto a discutir, con el objetivo de fomentar el compromiso.
Además, el hecho de que la ronda dure solo cuatro días y no más de una decena, como en las ocasiones anteriores, debe poner presión a las partes para no dilatar el proceso.
En este sentido, De Mistura explicó que ha convocado sólo cuatro días a causa del inicio del mes sagrado del Ramadán la próxima semana, pero que pretende «reanudar» el diálogo «pronto» y durante este periodo de ayuno.
El formato de los encuentros no cambiará, es decir, el mediador se reunirá por separado con las partes porque todavía no se dan las circunstancias para ponerlas a discutir cara a cara.
«Todavía existen diferencias sustanciales entre las partes, con lo que seguiré haciendo lo que hacen los mediadores, negociaciones de proximidad», indicó.
Consultado sobre el compromiso del régimen sirio con el proceso político, en referencia a unas declaraciones en sentido contrario del presidente, Bachar al Asad, De Mistura no quiso entrar en polémicas.
«No quiero entrar en ningún tipo de comentario con respecto a las declaraciones hechas por el presidente Al Asad. Lo que puedo decir es que su delegación ha llegado (a Ginebra) y tiene la autoridad para entablar conversaciones serias», recalcó.
En una entrevista en la cadena bielorrusa ONT, Al Asad dijo que «no hay nada sustancial en las reuniones de Ginebra» y que se trata de encuentros «puramente para la prensa».
Desde 2011, más de 300,000 personas han muerto, entre ellas 90,000 civiles, y al menos 2 millones han resultado heridas en el conflicto en Siria, que además ha obligado a unos 12 millones a abandonar sus hogares.
ONU busca avance político dé perspectivas éxito a zonas de distensión
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