Reducir el consumo de sal. Es fundamental conocer el contenido en sal de los alimentos que se comen, sobre todo de los procesados, que hay que evitar todo lo posible. La sal fomenta la retención de líquidos y causa numerosos problemas de salud si se consume en exceso.
Mantenerse bien hidratado. Hay que beber agua suficiente para que el cuerpo pueda eliminar las toxinas.
Dormir bien. No existe una regla mágica que determine cuántas horas de sueño son necesarias: cada persona necesita un tiempo determinado y, cuando no se respeta, el rostro revela cansancio, empezando por los ojos.
Limpiar rostro y ojos con productos adecuados. Hay que desmaquillarse siempre y hay que hacerlo usando los productos específicos que se adecúen mejor a nuestro tipo de piel. La piel del contorno de los ojos es muy sensible y se deben evitar la brusquedad y los productos agresivos.
Tabaco y alcohol, prohibidos. No solo son perjudiciales para nuestro organismo, sino que son grandes enemigos de la piel sana. Fumar acelera la degradación del colágeno, lo que reduce la elasticidad natural de la piel, provocando un envejecimiento más rápido y más arrugas.
Dieta equilibrada. Se debe primar el consumo de productos frescos, en especial de vegetales. Las frutas y verduras tienen un alto contenido en agua, además de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Una de las frutas más indicadas para aquellas personas con bolsas en los ojos es el pepino: una investigación publicada en la revista ‘Science’ concluyó que el pepino tiene propiedades antiarrugas y combate el envejecimiento, además de contribuir a reducir la inflamación. Consejos para reducir las bolsas en los ojos.