El juicio del senador demócrata Robert (Bob) Menéndez, con la acusación formal de corrupción en su contra, acapara titulares en los Estados Unidos, y junto al suyo, el del reconocido oftalmólogo dominicano Salomón Melgen, declarado culpable de convertir “su práctica de medicina en una especie de línea de ensamblaje, llegando a ver hasta 100 pacientes al día” y recibiendo en 2012, más dinero del Medicare (programa gubernamental de atención médica para ancianos y discapacitados), que ningún otro médico en todo el país, casi $21 millones”, según publicación de AP y El Nuevo Herald.
Aunque lo antes mencionado no implica novedad, pues el tema se maneja hace tiempo, lo que sí aparece en algunos medios y se comenta, es la repercusión que, de cara al proceso que se le sigue a Bob Menéndez, puede suscitar la reciente declaración de Melgen, quien al parecer podría sentir que lo han dejado sin el apoyo que esperaba para enfrentarse al juicio y que estaría cediendo ante el peso de la sentencia y los consejos de sus abogados, debido a lo cual consideraría seriamente la posibilidad de pactar con fiscales para actuar como testigo a cambio de que le sea reducida la sanción.
Melgen, quien también será juzgado por cargos de soborno en Nueva Jersey (NJ), en septiembre, no contará ya con el apoyo de su amigo demócrata, dado que este último planteó que no tenía nada que ver con el caso de aquel y que lo sentía por él.
En el texto publicado por El Nuevo Herald se resalta: “La Fiscalía federal de New Jersey dijo que los regalos que Melgen le hacía a Menéndez eran realmente sobornos. A cambio, afirma, el senador obtenía visas para la amante extranjera de Melgen, intercedió con autoridades del Medicare cuando comenzaron a investigar la consulta de Melgen y presionó al Departamento de Estado para que ayudara a Melgen con una disputa financiera que tenía con el gobierno dominicano. Menéndez ha negado infinidad de veces que haya cometido nada ilegal”, aunque un jurado investigador le acusó formalmente en 2015 “después de que los fiscales dijeran que el legislador había favorecido desde su cargo a un amigo de mucho tiempo que le hizo obsequios y donativos de campaña, incluidos vuelos a bordo de un jet de lujo y unas vacaciones a París”.
¿Se repite la historia?
El caso es que según las publicaciones mencionadas, “Menéndez aprovechó su influencia oficial para concertar reuniones con funcionarios a fin de ayudar a Melgen en la disputa relacionada con el Medicare y un negocio particular sobre seguridad portuaria en República Dominicana”.
Amplía que “un juez federal en Nueva Jersey y la Corte de Apelaciones del 3er Circuito en Filadelfia rechazaron el argumento de Menéndez de que las reuniones fueron parte de sus obligaciones legislativas ordinarias protegidas por la cláusula constitucional de expresión y debate que ampara a los legisladores para que no sean enjuiciados por esas acciones”.
Ahora, el drama deviene suspenso y todo apunta al carácter cíclico de la historia, dado que Menéndez ya traicionó en su momento a otros amigos que lo ayudaron a subir los peldaños del poder, como el exalcalde de Union City, William V. Musto.
Robert (Bob) Menéndez, que comenzó como ayudante del exalcalde Musto, se convirtió en un poderoso congresista demócrata en NJ, gracias a su mentor, hasta que se volvió en su contra, convirtiéndose en testigo del Gobierno para declarar en su contra en un juicio por corrupción. Finalmente, William V. Musto murió en 2006, tras cumplir prisión. ¿Será que la historia se repite?