El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se fijó este miércoles como reto para su tercer año mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba y atender los desafíos democráticos en la región.
En su informe de 2016, que ayer presentó ante los embajadores en el Consejo Permanente de la OEA, se compromete a avanzar en “los desafíos pendientes de los derechos humanos en Cuba y los crecientes desafíos a la democracia en el hemisferio”.
Cuba, miembro de la OEA desde su fundación en 1948, se niega a participar en la organización pese a que en 2009 se levantó su suspensión de 1962, efectuada tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro.
Almagro, quien al llegar a la OEA se marcó como objetivo reintegrar a Cuba, considera ahora que la vuelta del país caribeño “es difícil” y “puede que no pase” durante su mandato en el organismo ni durante el del presidente cubano, Raúl Castro, según dijo en febrero en una entrevista.