Tras el fuego acontecido el fin de semana en el vertedero de Rafey, cuya humareda afectó gran parte de la ciudad de Santiago, la Alcaldía decidió desalojar a unos 400 recicladores, a quienes atribuye el incendio.
De inmediato los perjudicados acusaron al alcalde Abel Martínez de montar una trama para favorecer a la planta recicladora Cilpen Global que entrará en operación en los próximos días.
Los directivos de la Asociación de Recicladores, que agrupa a unos 426 trabajadores, aseguraron que el vertedero fue iniciado por empleados del cabildo con la intención de justificar la acción de desalojo.
En tanto que el alcalde demandó la militarización del vertedero y acusó a los “buzos” de provocar el incendio que afectó las labores en ese parque.
El alcalde Martínez aseguró que estos actos tendrán consecuencias y que junto a las autoridades competentes iniciarían una investigación para determinar responsabilidades.
Sandy Rosario, uno de los voceros de los “recicladores”, aseguró que ya la empresa Cilpen Global entregó parte del dinero a la Alcaldía para poder operar y reciclar las 300 toneladas de desechos
