El presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Campos de Moya, debería cuestionar la “eternización” de la corrupción en el país, con todas sus secuelas, y no que la Marcha Verde se prolongue exigiendo transparencia e institucionalidad.
El planteamiento fue hecho por el empresario Víctor Castro, expresidente de la Asociación de Empresas Industriales de Santo Domingo y activista del movimiento, quien señaló que “la perpetuidad del tráfico de influencia, las indelicadezas corporativas, el enriquecimiento ilícito, la evasión y elusión fiscal y la impunidad deberían ser más preocupantes que la continuidad del Movimiento Verde, para el sector empresarial dominicano responsable”.
Castro cuestionó lo que a su juicio fueron las intenciones de las declaraciones de Campos de Moya, por lo que le conminó a identificar públicamente a los empresarios que supuestamente apoyaban al movimiento, pero que decidieron retirarse.
Sostuvo que la Marcha Verde se sustenta con aportes modestos de una amplia masa, especialmente de clase media, “hastiada de la corrupción y la falta de institucionalidad”.
“Nunca hemos recibido aportes de la AIRD ni hemos visto en lugar alguno al señor De Moya acompañando las manifestaciones públicas de la Marcha Verde y lo mismo podemos decir de la vicepresidenta de esa entidad, Circe Almánzar”, subrayó Castro.
Dijo que De Moya y Almánzar siempre han defendido legítimamente sus intereses corporativos y no son conocidos precisamente por su integración a luchas sociales y mucho menos a la Marcha Verde, por lo cual les restó autoridad para hablar de las interioridades del movimiento.
de grupos aislados o de personas individuales, les sean atribuidas al colectivo Marcha Verde “con el claro propósito de desmoralizar el movimiento, algo que no conseguirán”.
Señaló que ha estado involucrado en la Marcha Verde desde su surgimiento y puede testimoniar que ninguna fuerza económica, empresarial o política constituye plataforma alguna de apoyo financiero a la iniciativa.
“Sabemos que esta genuina manifestación del pueblo es un dolor de cabeza para los corruptos de este país y para quienes se han lucrado de la falta de institucionalidad. Sabemos que vendrán muchos ataques desde distintas esferas de poder, porque hay temor de la fuerza que ha tomado este movimiento, como una expresión espontánea y legítima de la ciudadanía de rechazo a la corrupción y la impunidad”, expresó.