Por Balbueno Medina
En los últimos meses la sociedad dominicana ha sido estremecida con acontecimientos en los que se han visto implicados nacionales haitianos y la masiva migración de éstos al territorio nacional, lo que ha provocado el agotamiento de la paciencia de la mayoría de los dominicanos.
Nunca como ahora, los ciudadanos criollos han sentido mayor indignación frente a las acciones que de antaño han venido cometiendo los haitianos en nuestro país, y no es para menos, ya que el impacto de las mismas se está sintiendo con mucho peso en la economía nacional.
La enorme cantidad de parturientas haitianas que son recibidas en los principales hospitales, regionales y fronterizos de la Republica Dominicana, no solamente están sangrando el presupuesto nacional, sino que está dejando sin camas a las mujeres dominicanas a la hora de procurar los servicios de esos centros asistenciales para dar a luz.
A ese lamentable panorama se agrega el grave daño que muchos haitianos les están creando al Medio Ambiente con la singular forma de trabajar y habitar en las diversas localidades en que residen en nuestro país, afectando de esa manera la salud de la población dominicana.
De igual manera, las agresiones físicas y las constantes amenazas de que son objetos muchos dominicanos en nuestros barrios y comunidades por parte de nacionales haitianos, es algo común que se vive en la sociedad dominicana y que ha hecho que en esta ocasión se rebozara la poca de la paciencia de nuestros ciudadanos.
Los haitianos, no solo han llegado al colmo de cercenarle los dos brazos a la dominicana cielo en Pedro Brand y de sacarle un ojo a otra mujer indefensa que nada hicieron para merecer esos mal tratos, sino que se han dado a la tarea de quemar varias banderas dominicanas en diferentes lugares de nuestro territorio, cada vez que se les ha ocurrido.
Pese a esas señales negativas de una comunidad que a todas luces ha dado demostraciones de no quererse adaptar a la convivencia del pueblo dominicano, tampoco han querido regularizar su situación migratoria lo que representa un desafío para las autoridades y quienes conformamos la nación dominicana.
Al cumplirse el plazo otorgado por el Estado dominicano para la regularización de los extranjeros que se acogieron al Plan Nacional de Regularización, solo 138mil haitianos solicitaron la regularización de su estatus de un total de 243 mil extranjeros que se inscribieron en el mismo, lo que reafirma la negativa de esa comunidad de querer seguir manejándose como chivos sin ley en el país.
Ante ese desafío y la más reciente masiva migración que se ha producido de los nacionales de Haití hacia el territorio nacional, es tiempo de que las autoridades dominicanas comiencen aplicar la Ley y los reglamentos de la Ley General de Migración y que se establezcan duras sanciones contra los empresarios, militares y ciudadanos dominicanos que se dediquen a promover el ingreso de haitianos a nuestro país.
Es el momento de actuar, actuar de manera monolítica, en la que los ciudadanos que le duelan este país y las autoridades encargadas de preservar y salvaguardar el patrimonio nacional, empujemos en la misma dirección para que salvemos la nación dominicana del casos y la incertidumbre en que la han querido convertir los haitianos con su forma de ser y de actuar por su naturaleza cultural.
agendasemanal@hotmail.com