HealthDay News.- Los niños con trastornos del espectro autista tienden a evitar el contacto visual y a desviar la mirada de las bocas de otras personas, unas conductas que probablemente estén influidas por la genética, sugiere una nueva investigación.
Más o menos 1 de cada 68 niños de Estados Unidos tiene autismo. El trastorno afecta a la forma en que los niños aprenden, se comunican y se comportan.
Es común que los niños con autismo desvíen la mirada de las caras de las demás personas. Los médicos con frecuencia utilizan esa conducta para evaluar la afección, según investigadores de la Universidad de Washington, en St. Louis, y de la Universidad de Emory, en Atlanta.
En el estudio, el equipo de científicos investigó cómo el ADN de los niños afectaba a su capacidad de implicarse visualmente en ambientes sociales.
«La investigación muestra que es probable que el autismo tenga una base genética. Los hermanos de los niños diagnosticados con autismo y las personas con ciertas mutaciones genéticas tienen un riesgo más alto de desarrollar el trastorno, frente a la población general», dijo la Dra. Diana Bianchi, directora del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) de EE. UU.
«Comprender cómo los genes influyen en las conductas sociales ayudará a los investigadores a identificar formas nuevas o mejores de tratar el autismo», planteó Bianchi en un comunicado de prensa del NICHD.
En el estudio, el Dr. John Constantino, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Washington, y sus colaboradores, realizaron experimentos que rastrearon los movimientos oculares de 250 niños con un desarrollo típico que tenían entre 18 y 24 meses de edad.
Ese grupo de niños incluía a 41 parejas de gemelos idénticos, 42 parejas de gemelos no idénticos, y 42 parejas aleatorias de niños no emparentados. El equipo también evaluó a 88 niños con autismo que no tenían gemelos.
Los niños vieron videos de una mujer que hablaba directamente con el televidente o escenas de niños que socializaban en una guardería.
Uno software especialmente diseñado detectó el tiempo y la dirección de los movimientos oculares de los niños mientras veían los videos. En concreto, los investigadores pudieron saber en qué momento los niños veían los ojos, la boca o el cuerpo de los personajes de los videos, u objetos cercanos.
El estudio encontró que los gemelos idénticos con frecuencia tenían patrones visuales coordinados. Movían los ojos en los mismos momentos y en la misma dirección. Esos niños tendían a ver los ojos o la boca de una persona al mismo tiempo.