El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desestimó las denuncias contra los resultados de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente del domingo, calificándolas como parte de un esfuerzo por manchar una votación limpia y transparente.
La empresa que provee las máquinas de votación del país dijo que las cifras de participación en la elección de la Constituyente de 8,1 millones de votos fueron manipuladas para sobreestimar la cuenta por al menos un millón de sufragios.
Maduro también criticó la exactitud de un reporte de Reuters que, citando documentos internos del Consejo Nacional Electoral, dijo que hasta las 17.30 hora local del domingo sólo 3,7 millones de personas habían votado en las controvertidas elecciones.
Los documentos, que dividen los datos en los 14.515 centros de votación de Venezuela, muestran que 3.720.465 personas habían votado a las 17.30 hora local. El proceso finalizó a las 19.00 hora local y los expertos en elecciones dijeron que duplicar el voto en la última hora y media sería poco probable.
«Nosotros mantenemos nuestra historia», dijo el jefe de comunicaciones de Reuters, Abbe Serphos, en un correo electrónico.
El mandatario venezolano en cambio defendió tajante los resultados oficiales.
«Este proceso electoral no lo mancha nadie, porque es un proceso electoral transparente, auditado antes, durante y después del proceso electoral», afirmó Maduro la tarde del miércoles, acompañado de los asambleístas elegidos.
Maduro atribuyó a posibles temores a ser sancionados la denuncia que hizo la firma de tecnología de votación electrónica Smartmatic, que creó el sistema de votación que Venezuela utiliza desde el 2004.
«Sabemos, sin ninguna duda, que la participación de la reciente elección para una Asamblea Nacional Constituyente fue manipulada», dijo el presidente ejecutivo de Smartmatic, Antonio Mugica, en un encuentro informativo en Londres, sin dar detalles de la metodología que implementó la firma.
La elección de los miembros del nuevo poder ha sido calificada por los adversarios de Maduro como ilegítima. La iniciativa fue diseñada por su impopular Gobierno para reescribir la carta magna y, posiblemente, disolver el Parlamento, dominado por la oposición.
La baja participación sería una muestra de rechazo contra Maduro, especialmente después de que la oposición celebró el mes pasado un plebiscito no oficial en el que afirmó que obtuvo más de 7,5 millones de votos en contra de la polémica constituyente.
El único reporte oficial sobre la participación en los comicios fue dado por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, cerca de la medianoche del domingo, cuando aseguró que votaron 8.089.320 venezolanos.
El CNE rechazó el miércoles la acusación de manipulación de votos de Smartmatic, pero no se refirió al reporte de Reuters.
Adicionalmente, Lucena -quien está en la lista de funcionarios con activos congelados por Estados Unidos-, adelantó que el árbitro podría iniciar acciones legales contra la firma que provee las máquinas de votación y que hasta ahora parecía tener una relación comercial fructífera con el Gobierno.
«Es una aseveración irresponsable con base en estimaciones sin fundamento en la data que maneja exclusivamente el poder electoral», dijo Lucena, quien desacreditó el rol de Smartmatic, llamándola una compañía que únicamente «provee ciertos servicios y soporte técnico no determinantes en los resultados».
El Consejo Nacional Electoral extendió la votación hasta las 19.00 hora local (2300 GMT), pero algunos centros permanecieron abiertos por más tiempo.
«Aunque es posible tener un último empujón al final del día, y el Partido Socialista Unido de Venezuela ha intentado hacerlo en el pasado, duplicar el voto en la última hora y media sería algo sin precedentes», dijo Jennifer McCoy, analista política que dirigió misiones de observación electoral del Centro Carter.
Irregularidades
En respuesta a los resultados anunciados, el Gobierno estadounidense sancionó el lunes a Maduro, llamándole «dictador» para «apropiarse del poder absoluto».
En tanto, la Comisión Europea dijo que está considerando «toda la gama de acciones» que podría tomar contra la administración de Maduro, mientras que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, informó que su país propondrá la supresión de la autorización de viaje y el retiro de las visas a las personas vinculadas al Gobierno.
En contraste, legisladores franceses del partido de extrema izquierda Francia Insumisa defendieron a Maduro y afirmaron que su Gobierno no es una dictadura.
Venezuela enfrenta una crisis, con millones de personas sufriendo escasez de alimentos, una inflación de tres dígitos y meses de protestas antigubernamentales, lo que hace más improbable que el Gobierno haya logrado una participación tan positiva, según analistas y políticos de oposición.
Autoridades presionaron a trabajadores estatales para que votaran, incluso amenazándolos con el despido si no lo hacían. Algunos contaron que recibieron llamadas telefónicas de jefes o colegas para empujarlos a votar.
Expertos electorales cuestionaron el proceso de votación que, según ellos, estuvo plagado de irregularidades. Otros, incluyendo un miembro del propio árbitro comicial, pusieron en duda el conteo.
«Por primera vez desde que asumí este compromiso con el país, no puedo avalar la consistencia o veracidad de resultados», dijo el martes en la noche Luis Rondón, uno de los cinco rectores del CNE en su cuenta de Twitter.
La fiscal general, Luisa Ortega, larga aliada del gobierno socialista del fallecido Hugo Chávez pero quien rompió con la administración de Maduro por rechazar como ilegal la asamblea constituyente, abrió una investigación contra cuatro rectoras del Poder Electoral tras la denuncia de Smartmatic.
La oposición, que no participó en el proceso, dice que hubo fraude y estimó que sólo 2,5 millones de personas votaron, mientras que la firma de inversión Torino Capital ubicó la cifra en 3,6 millones en base a sondeos a boca de urnas.
La oposición se ha quejado reiteradamente de que el consejo electoral permite el uso injusto de recursos estatales a favor del partido socialista gobernante y en los últimos años han cuestionado los resultados de los comicios celebrados.
«Ese resultado si antes era nulo ahora es absolutamente inexistente y en Venezuela tiene que abrirse en este momento todo un proceso de protesta social, de demanda legal», dijo el presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges.
Más de 120 personas han muerto en las protestas de los últimos meses.