Los exrebeldes colombianos eligieron un polémico, pero conocido, acrónimo para su nuevo movimiento político: FARC.
Durante una reunión, 900 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia aprobaron por abrumadora mayoría cambiar el nombre del grupo a Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, borrando cualquier referencia de su pasado armado. Debido a que mantiene las mismas iniciales, su nombre más comúnmente usado permanecerá intacto.
La decisión se tomó durante una cumbre de una semana en la que los rebeldes trazan su futura estrategia política después de haber entregado las armas como parte de un histórico acuerdo de paz.
Aunque los excombatientes están orgullosos de su pasado insurgente, está por verse si los colombianos votarán por un partido que tiene el mismo nombre relacionado con la violencia de un conflicto que se extendió por medio siglo.
El domingo, los exrebeldes iniciaron el lanzamiento de su partido político, con la promesa de derrocar el conservadurismo tradicional colombiano con la creación de una coalición alternativa de izquierda.
Bajos los términos del acuerdo de paz firmado el año pasado, los ex combatientes tienen garantizados 10 escaños en el Congreso y el mismo financiamiento que el estado otorga a los otros 13 partidos políticos del país.
La organización ha señalado que se apegará a sus raíces marxistas y se enfocará en obtener el voto de los granjeros pobres, los trabajadores y la clase media urbana, pero enfrenta oposición de muchos que relacionan las guerrillas con secuestros y actos de terrorismo.
Una encuesta difundida en agosto reveló que menos del 10% de los colombianos dijo que tiene plena confianza en los rebeldes como partido político y una enorme mayoría señaló que nunca votaría por un ex guerrillero para el Congreso.
