Nueva York.- La súbita muerte del periodista Leo Hernández, acontecida la madrugada de este domingo en la República Dominicana como consecuencia de un infarto, ha causado consternación, dolor y asombro entre periodistas, políticos y comunitarios de esta ciudad.
Asi se lo han expresado al autor de esta crónica por diferentes vías (telefónica, textos, e-mail, y whatsapp) ya que Hernández era muy conocido y apreciado por diversos sectores que inciden dentro de la comunidad dominicana en la Gran Manzana, debido a los multiples viajes que hacía a la urbe, además de sus permanentes contactos directos con ellos.
«El periodismo dominicano ha perdido uno de sus íconos, que con su ida a destiempo deja un vacío en una generación de periodistas del que fue forjador y hoy en día brindan un ejemplar servicio a la sociedad dominicana. Una perdida irreparable», coincidieron en precisar los criollos en la Metrópoli.
El autor de esta crónica se inició en el periodismo (1972) impulsado, motivado y orientado por el fenecido comunicador, allá en Villa Riva, San Francisco de Macorís, además de ser compadre cuatro veces, al bautizarle sus tres primeros hijos un mismo domingo en la iglesia católica de “La Agustinita” y él ser el padrino de mi segundo matrimonio, situaciones de conocimiento entre quienes nos conocieron.
Paz a sus restos y nos unirnos al dolor de sus familiares, que también son mis familiares, sostiene el comunicador de esta nota.
