Las dos mujeres señaladas se niegan a entregar teléfonos pueden ser clave en investigación
El Juez del Juzgado de Atención permanente de Monte Plata, impuso tres meses de prisión preventiva a las imputadas, María Esther de la Cruz Castro, 19 años, y Ana Hilda Aquino Hernández, de 20, señaladas en el asalto y muerte del comerciante, Luis Manuel Fabián Manzanillo.
El hecho de sangre ocurrió en el sector Las Flores del municipio de Bayaguana, el domingo 3 de septiembre pasado, cuando Ana Hilda Aquino Hernández, su concubina lo llamó insistentemente para que fuera a comprarle un pica pollo.
Según relato de los familiares, cuando la víctima llegó al lugar acordado, fue asaltado por delincuentes que se ocultaban debajo de una mata y que tras dispararle, cargaron con el motor en que viajaba y 28 mil pesos que tenía en su poder.
Según el juez, a las imputadas se le impuso prisión preventiva porque éstas no presentaron arraigo suficiente y porque ocultan un teléfono que puede ser clave en la investigación. La medida deberá ser cumplida en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, en San Cristóbal.
Durante la audiencia se presentaron familiares, amigos y moradores de Santa Cruz, Comatillo y Bayaguana, reclamando justicia por ser el occiso un hombre muy querido y valorado en esas comunidades.
La madre del comerciante muerto, así como amigos y relacionados sostienen que si la imputada se niega a entregar el teléfono de la víctima y el suyo, es porque ocultan algo y pidieron a la justicia imponer la sanción que ese hecho de sangre amerita.
En los últimos años, Bayaguana y zonas aledañas han sido víctimas de las acciones de bandas de delincuentes que mantienen en zozobra a sus moradores.
Hay barrios que han sido bautizados como tierra de nadie, y al decir de algunos lugareños, estos son guaridas y dormitorios de delincuentes que se trasladan a esa demarcación desde la capital.
En el caso del Barrio Las Flores, el nerviosismo es tal que, ni los motoristas quieren aventurarse a ingresar en la zona y cualquier visitante que tenga un perfil que llame la atención corre el riesgo de ser atracado, en tanto que algunos residentes han optado por vender las viviendas y mudarse a otro lugar.
Los atracos, asaltos y violaciones se producen a cualquier hora del día y al parecer, las autoridades no tienen la capacidad para hacer frente a los delincuentes foráneos que operan en contubernio con las bandas originarias de allí.
Dicen los moradores que el consumo y venta de drogas en esos sectores marginales de Bayaguana es permanente, por lo que los residentes en el centro y otros sectores de la comunidad los han bautizado como zonas de peligro.