El temor a ser desaprobados, la inseguridad de perder a quien más queremos por mostrarnos como somos… Todo esto puede derivar en un profundo miedo al rechazo.
Hay personas que son más sensibles que otras ante el rechazo de los demás. Quizás porque en su infancia lo vivieron de manera intensa o porque tienen una autoestima tan baja que creen que los demás siempre las repudiarán.
Sin embargo, la gestión que hacen de ese miedo no es la correcta.
Por eso, en la mayoría de las ocasiones terminan aislándose de los demás, provocando situaciones en las que se quedan solas. Una forma de huir y de no enfrentar lo que tanto temor les provoca.
¿Por qué tienes miedo al rechazo?
Si eres una persona que te has sentido identificada con este miedo al rechazo, quizás te estés preguntando el motivo por el que lo puedes tener.
Tal vez no hayas tenido una infancia complicada, ni siquiera eres consciente de tener una baja autoestima. Entonces, ¿por qué eres tan sensible al rechazo de los demás?
No cuentas con suficientes habilidades sociales
Si sufres miedo al rechazo, uno de los motivos puede ser que careces de las herramientas necesarias para desenvolverte con seguridad y soltura en entornos sociales.
Por ejemplo, hay personas que carecen de la agilidad necesaria para interaccionar con otras personas, que son más tímidas o tienen una personalidad más introvertida.
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Al ver que no tienen determinadas herramientas, esto les produce una pronunciada bajada de autoestima que les conduce a un gran miedo al rechazo.
En la mayoría de las ocasiones, en vez de enfrentarlo, uno se aísla.
No es necesario tener una infancia difícil, sino que haber sufrido bullying o una experiencia que te haya marcado de alguna manera en una relación puede desencadenar este gran miedo.
El temor a que te puedan hacer daño o a que te rechacen de nuevo provoca que te alejes de todas esas personas que pueden volver a hacerte sufrir.
De alguna manera, tus experiencias te han vuelto muy sensible ante cualquier posible burla, señal de que le aburres a la otra persona o de que no te tiene en cuenta tanto como quisieras.
Una de las posibles causas de tu miedo al rechazo pueden ser las elevadas expectativas que crees que los demás pueden tener de ti.
Por ejemplo, puedes pensar que esperan que seas alguien atractivo, que vistas bien, que sepas hablar casi de cualquier tema con soltura e interés…
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Todas estas expectativas te provocan una gran ansiedad que terminará en un miedo atroz a no estar a la altura y, por lo tanto, al rechazo que ello conllevará.
Es necesario que comprendas que todo esto está en tu mente y son creencias que puedes poner a prueba.
¿De qué manera me estoy aislando de los demás?
Es muy posible que hayas llegado a creer que son los demás los que te han abandonado, que se han echado pareja y han dejado de quedar contigo, que tienen mucho trabajo…
Sin embargo, esta puede ser una manera de evitar asumir una responsabilidad que solo tú mismo tienes, pero que tu miedo al rechazo intenta evadir.
¿Llamas alguna vez a esos amigos para quedar? ¿Pones tú excusas de trabajo porque crees que no te apetece o tienes pereza cuando, en realidad, lo que tienes es miedo?
En ocasiones, la pereza, la tristeza y todos esos sentimientos que pueden llevarnos a decir “no” a una salida o quedada con amigos pueden ocultar un miedo, algo que queremos evitar y que al mismo tiempo no queremos ver ni solucionar.
Quizás tú mismo estás provocando esa situación de aislamiento. Pues, poco a poco, te vas encerrando en ti mismo, sintiéndote menos válido y ¿sabes qué? Cuanto más te aíslas, más habilidades sociales pierdes.
Si no ponemos en práctica con asiduidad las herramientas que tenemos para socializar con los demás estas se pierden, y recuperarlas cuesta mucho.
Así que… ¿No sería mucho mejor mirar a ese miedo a los ojos, hacerle frente y forzarte a experimentar esas situaciones que hacen que este aflore?
Solamente así podrás vencerlo. Sin embargo, si te fuerzas a quedarte solo, no lo conseguirás nunca.