La plaza Garibaldi, el corazón internacional del mariachi, se convirtió el viernes por la noche no en el tradicional lugar para disfrutar las típicas expresiones musicales de México, sino para intercambiar canciones por ayuda para los miles de mexicanos que han sufrido los embates de dos sismos este mes.
Mientras los músicos, ataviados con sus vistosos trajes típicos y sombreros entonaban canciones mundialmente famosas como “Cielito Lindo”, ciudadanos recibían agua, comida enlatada y medicinas para llevarlas a los estados sacudidos por los terremotos del 7 y del 19 de septiembre, que han dejado cerca de 400 muertos y cientos de heridos.
“Este es un esfuerzo no de uno, sino de muchos mariachis que tocamos en Garibaldi. Es algo que de corazón queríamos dar”, dijo Marco Montes, un mariachi de 49 años.
La Plaza, ubicada en la parte central de Ciudad de México, es escena cada día, además, para grupos norteños y tríos románticos, y un centro turístico donde se puede degustar comida típica de Jalisco, el estado cuna del Mariachi.
“Todo comenzó como una plática, vimos que había quien intercambiada bolsas, cortes de cabello y otras cosas por víveres y dijimos: ‘bueno’, por qué no cambiar canciones”, dijo José Gabriel Guzmán, otro joven cantante.
El ambiente que reinaba, si bien tenía algo de festivo, también mostraba la congoja de quienes sufren el impacto del sismo más reciente, que ocurrió en la misma fecha del devastador de 1985, que dejó varios miles de muertos.
En otras zonas de la convulsionada y populosa Ciudad de México, rescatistas aún tratan de sacar víctimas de la catástrofe, mientras miles de personas buscan refugio tras haber perdidos su casas y sus cosas y se resguardan en tiendas de campaña, autos o albergues, o inclusive permanecen en las calles.
Y con un violín en una mano y un vaso de tequila en el otro, el mariachi Montes dijo sobre el llamado a Garibaldi: “me quedé sorprendido de la convocatoria, al final muchos compañeros se sumaron en solo dos días”.