Por qué no darle una oportunidad a la vida moral en todas las actividades, sería la eliminación del mal tránsito terrenal, surgiendo los pasos de la transparencia ética limpiando las impurezas materiales que nublan la razón. Lo esencial es dar el ejemplo borrando la moral hipócrita, alejarse del consuetudinario caminar abrazado de lo material.
Vivir la verdadera sensación de lo que debe ser el vivir en la pulcritud de la honestidad. La paz bienhechora está ahí. Es muchísimo más de lo imaginable. Pureza espiritual infinita, ser el amor, amor del amor a los demás. Es la verdad de lo que debemos ser. Un ser humano amoroso en la entrega.
Por qué no comprender que el hombre es un ser espiritual, que tiene alma. Pero, sigue viviendo en lo transitorio material.
Por qué no volverse consciente del gran daño, imborrable cuando se da la espalda a la ley natural. La eterna, la de su creación.
Por qué no comprender que los hijos heredan el bien o el mal. Por qué hacerle daño sumiendo en lo irracional, dañando el propósito de la vida. Por qué no darse cuenta que siempre hay lugar para cambiar, guiarse por el favor de la naturaleza espiritual, abrazando el amor natural. Si queremos ser felices podemos. Solo hacerlo, despertando al hombre dormido y quitarle la patria a la moral hipócrita.
Hoy comprendamos a León Tolstoi: “El verdadero amor supone siempre la renuncia o la propia comodidad persona”.
Consérvese bueno
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana