El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, estaba a un paso de ganar el lunes su reelección tras un demorado conteo que ha llevado a la oposición a gritar fraude y a convocar a protestas callejeras, desafiando un toque de queda decretado para evitar la violencia.
El mandatario, del centroderechista Partido Nacional y cercano a Estados Unidos, obtuvo el 42.98 por ciento de los votos en los comicios de hace una semana frente al 41.39 por ciento de los sufragios del opositor Salvador Nasralla, según el conteo final del árbitro electoral.
De ratificarse los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Hernández lograría un pase para gobernar por cuatro años más, mientras la alianza opositora que abandera a Nasralla promete impedir que les sea arrebatado lo que consideran un triunfo en las urnas.
El presidente del TSE, David Matamoros, se rehusó a declarar a un ganador con el 99.96 por ciento de los votos computados y dijo que habría anuncios más tarde el lunes.
“Esta elección ha sido muy, muy competida”, dijo el magistrado a periodistas, agregando que el periodo para presentar impugnaciones termina el miércoles.
Poco después, Nasralla -líder de la coalición Alianza de Oposición contra la Dictadura- volvió a cargar en contra del árbitro electoral el cual ha dicho está controlado por Hernández, a cuyo gobierno acusa de ejercer como una dictadura.
“¡El pueblo unido jamás será vencido! ¡Honduras unida contra el fraude! ¿Por qué el TSE le huye a la democracia?”, dijo Nasralla en su cuenta de Twitter.
El coordinador de la coalición opositora, el depuesto expresidente izquierdista Manuel Zelaya, llamó a sus partidarios a volver a protestar contra lo que consideran un fraude.
“Pueblo vamos DE NUEVO A LAS CALLES, NO tengamos miedo por el estado de sitio no pueden contra 2 millones de valientes, NOS ESTAN robando la presidencia @SalvadorAlianza” escribió en su cuenta de Twitter el exmandatario, quien en 2009 fue derrocado después de proponer un referendo para su reelección.
Miles de personas marcharon el domingo por las calles de Tegucigalpa y otras ciudades hondureñas para expresar su descontento por el rumbo de la elección. En los últimos días hubo algunos saqueos de tiendas y actos de vandalismo.
Pero el lunes la vida parecía volver a la normalidad en Tegucigalpa, con el tráfico habitual en las calles y la gente haciendo compras en los comercios.
La oposición ha llamado a nuevas protestas el lunes, en medio de la suspensión de garantías constitucionales y el toque de queda decretado por el Gobierno de Honduras el viernes para frenar la violencia generada tras los comicios.
La coalición opositora reclama por un cambio de tendencia en los cómputos iniciales luego de una larga pausa en el recuento hace unos días, tras la cual Hernández sorpresivamente consiguió una ventaja sobre Nasralla, quien llevaba la delantera por cinco puntos con entonces el 57 por ciento de las mesas computadas.
Nasralla, una estrella de TV de 64 años, acusó al TSE el domingo de fraguar el fraude y llamó incluso a las bases de las fuerzas armadas a que se rebelaran contra sus superiores.
Hernández, asumió en enero de 2014 con la promesa de combatir la delincuencia endémica en uno de los países con más pobreza y más violentos del mundo. Aunque aceleró el ritmo económico y redujo la tasa de asesinatos, es acusado por sus críticos de acumular desmedidamente poder en el empobrecido país.