El fiscal argentino Alberto Nisman, que antes de morir había acusado a la expresidenta Cristina Fernández de intentar encubrir a los acusados de un atentado terrorista, fue asesinado, dijo el juez federal a cargo del caso.
Basado en un informe oficial que contradijo otros anteriores, el juez Julián Ercolini consideró que hay pruebas suficientes para determinar que el disparo en la cabeza que acabó con la vida del fiscal en enero del 2015 no provino de sus propias manos.
“La muerte del fiscal Nisman no obedeció a un suicidio”, señaló Ercolini en su fallo de 656 páginas, en el que también procesó a Diego Lagomarsino, un excolaborador de Nisman que ha dicho que le había prestado el arma que acabó con su vida para su protección, y a dos custodios del fallecido fiscal.
En medio de una oscura trama en la que estuvieron involucrados agentes de inteligencia de Argentina y hasta se mencionó a los servicios de Estados Unidos e Israel, nunca se esclareció si el caso fue un suicidio o un asesinato.
La muerte de Nisman generó un enorme revuelo porque unos días antes de ser hallado con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento en Buenos Aires, el fiscal había acusado a la entonces presidenta Fernández de intentar encubrir a los iraníes acusados de un ataque antisemita en 1994.
A pesar de que ya pasaron años, la denuncia de Nisman sigue causando controversia. Tras haber sido inicialmente desestimado, el caso fue reabierto el año pasado y en diciembre el juez pidió la detención de Fernández, que ahora es senadora, una decisión que generó críticas de organismos de derechos humanos y de un exjefe de Interpol involucrado en la investigación.