De mi bitácora

Ateneo San Pedro de Macorís 8:15pm, 22 de febrero 1944

Pasando paginas al libro Tesoro de la Juventud. Revisé una revista con título de la guerra. Los alemanes ocupando naciones, me detuve, demasiado muertes y ciudades destruidas. En una página está mi preferido Gandhi pacifista, mi refugio. Leía todo lo que decía y hacía. He leído dos veces este artículo. Lo voy a copiar y leerlo a papá, quien varias veces me ha hablado de la grandeza espiritual de Gandhi.

Gandhi expresa: “Si no hubiera codicia, las armas no tendría razón de ser. El principio de la no violencia exige abstenerse por completo de cualquier forma de explotación. Cuando desaparezca el espíritu de explotación, inmediatamente se descubrirá que las armas son un peso insoportable. El desarme real no tendrá lugar si las naciones del mundo no dejan de explotarse unas a otras.

Creo que la verdadera democracia solo puede ser resultado de la no violencia. La estructura de una federación mundial solo puede convertirse sobre el cimiento de la no violencia, y para ello es preciso renunciar totalmente a la violencia es los asuntos del mundo”.

Papá lo leyó, lo llevó al trabajo y los compañeros lo escucharon.

Hoy pienso más que antes en mi inmenso pacifista Gandhi. Ojalá no estar equivocado al pensar que si Gandhi estuviera en esta convulsionada humanidad, su voz se oiría y los hombres dejarían el armamentismo y la globalización sería el camino que Jesús indicó: “Amaos los unos a los otros, como yo os he amado”.

Consérvese bueno.

 

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

Compartir esta publicación:

WhatsApp
Facebook
X
LinkedIn
Pinterest

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *