Por Balbueno Medina
La mayoría de los dominicanos reclaman una reforma a la Ley 87-01 de Seguridad Social, por entender que no ha llenado las expectativas respecto a lo que se le prometió tan pronto la misma entrara en vigencia, a partir del año 2001.
Quienes conocen el contenido real de la legislación consideran que su aplicación está totalmente divorciada de sus postulados, y atribuyen sus distorsiones a la conformación del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), debido a la capacidad de veto que tienen los diferentes sectores que lo representan.
Sin embargo, recientemente hemos observado como de buenas a primeras, han surgido una serie de sectores que han montado una campaña dirigida a que el Consejo Nacional de la Seguridad Social, sea mantenido con su actual conformación en la próxima reforma a la Ley 87-01, algo que consideramos descabellado.
Entre quienes propugnan porque los sectores patronales, el gobierno y los trabajadores mantengan el poder de veto en el Consejo Nacional de la Seguridad Social, se encuentran la Central General de Trabajadores Dominicanos (CGTD), el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y la Asociación Latinoamericana de Sistemas Privados de Salud (ALAMI), quienes extrañamente han coincidido en algo con el cual discrepamos la mayoría de los dominicanos, incluyendo una parte considerable de los integrantes del CNSS.
La próxima reforma a la Ley de Seguridad Social, debe incluir todos los aspectos que han impedido que los reales dueños del sistema reciban los beneficios que pagan con mucho sacrificio, y que se mantengan aquellos que han dado resultados tangibles como el Seguro Nacional de Salud (SENASA), la Administradora de Riesgos Laborales (ARL) y el Fondo de Pensiones de los Trabajadores de la Construcción (FOPETCONS), debido a que han mantenido los niveles de atención que demandan los afiliados al Sistema Dominicano de Seguridad Social.
Estamos en el momento preciso para revisar punto por punto el contenido de la Ley 87-01 y en base a un consenso reflexivo proponer las modificaciones que se requieren para mejorar la aplicación de la Seguridad Social en la Republica Dominicana de cara al futuro, de manera que los ciudadanos disipen las incertidumbres que sienten en la actualidad por los malos servicios que reciben.
Los temores que sienten los familiares y pacientes de los afiliados a la Seguridad Social, cada vez que acuden en busca de los servicios que deben recibir por lo que pagan a las ARS y a las AFP, son incalculables porque las coberturas que se ofrecen son sorprendentemente pírricas con relación a los servicios demandados.
No obstante ese cuello de botellas que se registra en lo que debería de ser el avance de la Ley de Seguridad Social a beneficio de los afiliados, se debe fundamentalmente al bloqueo que ciertos sectores mantienen en el seno del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), cada vez que la mayoría intenta tomar medidas que favorezcan a la mayoría de los dominicanos.
Eso nos explica que de mantenerse tal y como se encuentra conformado el Consejo Nacional de la Seguridad Social en estos momentos, de nada valdría una nueva reforma a la Ley 87-01, porque continuaríamos montados en el mismo caballo y los beneficiarios del sistema seguirían siendo los mismos.
Los postulados y conceptos de la Ley 87-01, son muy buenos y aceptados por todos los que conocemos de Seguridad Social, pero necesitamos de mayor voluntad de los miembros del CNSS para impulsar la aplicación de ellos, o de lo contrario comenzar las reformas desde ese estamento del sistema para producir los cambios que requiere el país.
En definitiva, esos cambios conllevaran la mejoría en la cobertura de los servicios que se ofrecen a través de la Seguridad Social y la aplicación de políticas que reduzcan los altos beneficios que reciben las empresas que participan en la intermediación del negocio que en la actualidad afecta a todos los afiliados.
24-4-2018